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Prepara la cinta americana: así hay que reaccionar si un astronauta pierde la cabeza en el espacio

Cinta americana
Puede que, en unas décadas, los viajes espaciales dejen de ser una utopía. Cuando las empresas se plantean la seguridad en los vuelos, muchas intentan garantizar la integridad de las naves y que no estallen por los aires. Pero, ¿y si llegan al espacio y a uno de los pasajeros le da un ataque de locura? ¿Hay pensado algún protocolo sobre cómo actuar? Si quieren ideas, tan solo tienen que acudir a las agencias espaciales, que ya inventaron un reglamento para actuar en caso de que haya un astronauta psicótico en la tripulación.
La NASA, la agencia espacial estadounidense, está preparada para cualquier imprevisto (o eso parece). De hecho, tienen un plan incluso si alguno de sus astronautas, en la práctica soledad del espacio exterior, tiene un arrebato y amenaza con destrozar la nave o provocar algún problema que cause desgracias materiales y humanas. Un documento filtrado incluye recomendaciones para que los compañeros reaccionen ante situaciones tan poco probables a la par que peligrosas como esta. Y atención, porque sin cinta americana no son nada.
De acuerdo al protocolo de la NASA, cuando uno de los astronautas sufra un brote de psicosis, los compañeros deben fijarlo a una de las paredes de la nave, pegando sus muñecas y tobillos con cinta americana, atarlo con cinta elástica e inyectarle un tranquilizante para calmarlo si es necesario.
De hecho, la cinta americana es un elemento casi obligatorio en las misiones espaciales, ya que puede servir, además, para unir piezas rotas por su resistencia y dureza. Por ello, hay versiones especiales para este tipo de usos. Es más, en el vuelo de regreso y emergencia (explotó un tanque de oxígeno) del Apolo 13, sirvió para construir un filtro de aire que salvó la vida a los miembros del equipo de la misión: el ambiente se estaba saturando con dióxido de carbono y había que cambiar los extractores de la nave por unos limpios. Lo consiguieron. La película ‘Apolo 13’ muestra esta escena:
https://www.youtube.com/watch?v=Zm5nUEG5Bjo
A la hora de acabar con el peligro que supone llevar un astronauta de los nervios a bordo, no hay muchas otras opciones más allá de la cinta americana: las armas, tanto de fuego como blancas, están descartadas en las naves. “La NASA ha determinado que no hay necesidad de armas en la Estación Espacial Internacional”, dijo hace unos años el portavoz de la agencia, James Hartsfield.
Para que la situación no resulte tan violenta, los colegas deben tranquilizar con palabras al afectado. Para ello, deben hablarle mientras se le está conteniendo. Así, hay que explicarle lo que se está haciendo para que esté a salvo. Si la cosa se pone tensa y, ya que no hay armas, habrá que recurrir a la fuerza bruta.
Si llega a ser necesario, y una vez reducido, un médico en la Tierra y el comandante de la tripulación decidirían si mandar al astronauta para casa o dejarlo en la estación espacial. En caso de que el incidente tuviera lugar en la base y la misión aún no hubiera despegado, esta podría llegar a abortarse.
Por otra parte, el botiquín de la Estación Espacial Internacional (EEI) contiene fármacos como tranquilizantes, antidepresivos, antipsicóticos o ansiolíticos. En principio, y en línea con la idea de tranquilizar al enfermo, deberían administrarse por vía oral, pero si el paciente opone resistencia no quedaría otra que inyectarlos en el brazo. 
nasa
Afortunadamente, los astronautas en el espacio hablan cada cierto periodo de tiempo con un psicólogo que se encuentra en la Tierra, por lo que los profesionales podrían detectar un problema antes de que se manifieste y ordenar la necesaria vuelta a casa. Al parecer, es habitual escuchar sentimientos de depresión, estrés o aislamiento.
https://www.youtube.com/watch?v=7TGDnsAU4RQ  
La preocupación por el estado de salud mental de los astronautas (y en estos días, ya deberíamos hablar también de la de los futuros turistas espaciales) se hizo un hueco en la opinión pública en 2007, cuando una astronauta estadounidense, Lisa Nowak, fue detenida por querer secuestrar y asesinar, presuntamente, a una compañera. Nowak viajó 1.500 kilómetros hasta la casa de la ingeniera Colleen Shepman, que mantenía una relación con el mismo hombre que ella y la atacó con gas pimienta cuando se encontró con ella. Un policía que llegó al lugar de los hechos informó de que la vio tirar una mochila con una peluca y una pistola de aire comprimido.
Nowak había formado parte de una misión del Discovery en 2006. En 2010 evitó la prisión después de pedir disculpas por su comportamiento, pero se le retiró de la profesión por aquellos incidentes.
Las recomendaciones de la NASA se unen a los planes que tiene la agencia respecto al planeta rojo: han contratado a un grupo de psicólogos para diseñar una herramienta con la que medir las constantes de los astronautas que colonicen Marte. Así, midiendo su presión sanguínea, la frecuencia cardíaca o los niveles de estrés se podría saber si este particular trabajador tiene un problema mental causado por unas condiciones tan peculiares.
A la espera de que esos protocolos tengan que ser puestos en práctica, es importante que los astronautas tengan claro que un poco de cinta americana puede resultarles tan útil en el espacio exterior como a MacGyver en la superficie terrestre. Eso sí, unos nervios de acero y un botiquín completo también ayudarán. Que lo tengan en cuenta los futuros auxiliares de vuelo del ciberespacio.

Con información de CBS News, The Verge, Space.com (1, 2), Time, Wikipedia y El País. Imágenes de NASA  (y 2).
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