Los más cínicos suelen describir el sistema político norteamericano como “la mejor democracia que el dinero puede comprar”. Desde su misma fundación, Estados Unidos ha estado bajo el influjo del ojo vigilante que aparece en el billete de dólar; de hecho, gran parte de su territorio no se logró por conquista o alianza conyugal, más propio del estilo europeo, sino a golpe de talonario: de Luisiana, que Napoleón Bonaparte vendió a precio de saldo en 1803, a Alaska, comprada a Rusia en 1867 y las Islas Vírgenes, la última compra, hace poco más de un siglo, en 1917.
El precio total de las cinco grandes compras equivale a 1.512 millones de dólares, o sea, una limosna. Para hacernos una idea, Estados Unidos fue valorado en 25 billones de dólares (23 trillones americanos) por el Bureau of Economic Analysis en 2015, si bien cálculos más “realistas” (si es que puede ponerse precio a la tierra) se sitúan en un rango entre 70 y 80 billones de dólares, 50.000 veces más que el precio pagado por más de 2/3 del territorio actual del país.
Precio: 15 millones de dólares de 1803, el equivalente a 339,2 millones de dólares actuales.
Vendedor: la Francia post revolucionaria.
Comprador: Presidente Thomas Jefferson.
Luisiana (“el territorio del rey Luis”), fue comprada a Francia por 15 millones de dólares en 1803, poco más de 339 millones de dólares actuales, una bicoca, teniendo en cuenta que no hablamos de un estado sino de una enorme franja de tierra que abarca 13 estados actuales del medio oeste del país, desde la actual Lousiana hasta Montana, pasando por la Dakotas, Kansas, Iowa, Oklahoma y muchos más. La valoración de aquel enorme solar no pudo ser más ruin: 7 centavos de dólar por hectárea.
Precio: 5 millones de 1819, que vendrían a ser unos 100,6 millones de dólares de 2019.
Vendedor: Fernando VII, rey de España.
Comprador: Presidente James Monroe.
¿Por cuánto valoraría usted hoy el estado de Florida, incluyendo Disneyworld, Miami Beach, los cayos y un par de franquicias de la NBA? Mucho menos, 5 millones de dólares de la época, poco más de 100 millones actuales. El Tratado de Adams-Onís, firmado por Luis de Onís por la parte española y el secretario de Estado John Quincy Adams, por la de EE.UU.
En principio, era un acuerdo win-win para ambas potencias, una pujante y otra decadente a tope: España renunció a su soberanía sobre Florida y, a cambio, recibía 5 millones de dólares en concepto de compensación y la garantía de su soberanía en Texas, que, como veremos, poco le iba a durar…
Precio: 18,25 millones de dólares de 1803, unos 615 millones de dólares de 2019.
Vendedor: México independiente.
Comprador: Presidente John Tyler.
España se quedó con Texas, como parte del Virreinato de México, pero le duró lo que la siesta de un tonto: en 1821, México declaraba su independencia, siguiendo la estela de la mayoría de los territorios en ultramar. En virtud del tratado de Guadalupe-Hidalgo (1845), México cedía a Estados Unidos 1,4 millones de kilómetros cuadrados de Texas por 15 millones de dólares, además de asumir 3,25 millones de deudas a México de los nuevos ciudadanos estadounidenses.
Mapa de los años 50 con los territorios adquiridos por EE.UU.
Precio: –
Vendedor: Inglaterra.
Comprador: presidente James Polk.
El gran salto al Oeste de Estados Unidos se produjo poco después de la ganga de Texas: en 1846, Estados Unidos firmó un acuerdo con la antigua metrópolis, Gran Bretaña, estableciendo la frontera entre las secciones británica y estadounidense del “Territorio de Oregón”, que, una vez más, ocupaba mucho más que el actual Estado de Oregón, pues incluía otros cuatro Estados, incluyendo Washington, Idaho, Montana y Wyoming. Ni que decir tiene que nadie preguntó a los pobladores originales, los nativos americanos, a la hora de firmar el acuerdo entre blancos.
Precio: 10 millones de dólares de 1853, el equivalente a 332,6 millones de dólares de 2019.
Vendedor: México.
Comprador: Presidente Franklin Pierce.
México vendió (“con presión”) la franja fronteriza de Arizona en la llamada “compra de Gadsden”, en 1853. En realidad, aquello fue el chocolate del loro, porque en la década anterior México “cedió” a su vecino del norte California, Nevada, Arizona, Utah y Nuevo México -la mitad del territorio mexicano- tras su derrota en la guerra entre ambos países.
Precio: 7,2 millones de dólares de 1867, el equivalente a 124,6 millones de dólares actuales.
Vendedor: Rusia zarista.
Comprador: presidente Andrew Johnson.
En 1867, Rusia se encontraba en una situación financiera complicada, así que el emperador Alejandro II se enfrentaba al siguiente dilema: o dejar que alguna potencia europea les arrebatara Alaska, un territorio difícil de defender, o venderla al mejor postor, es decir, Estados Unidos. Triunfó la realpolitik a golpe de talonario y el zar endosó 1,6 millones de kilómetros cuadrados habitados por osos, tramperos y esquimales a EE.UU. por 7,2 millones de dólares. Alaska no se convirtió en Estado de la Unión hasta un siglo después, 1959.
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Basado en un mapa de Map Porn (Reddit). Con información de Wikipedia, Office of the Historian, Wikipedia, Forbes y más Wikipedia. La conversión a dólares actuales está hecha con la calculadora de inflación de In 2013 dollars.