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El padre de Atari se forró vendiendo pizzas (y no videojuegos)

Nolan_Bushnell,_Founder_of_Atari,_wearing_Epiphany_Eyewear

Como todo nuevo medio que nace, los videojuegos no fueron bien recibidos en sus primeros años como industria. Eso de “el jazz es malo para los jóvenes” se convirtió en “el rock ‘n roll”, luego en “la televisión” y, llegado el momento, en «los videojuegos». Menos mal que gente como Nolan Bushnell supo ver cómo hacerlos llegar al corazón de la gente: por la vía del estómago.

Pongámonos en contexto: es 1976, la industria del videojuego estadounidense está poco más que recién nacida pero Atari ya está partiendo el bacalao con Pong, primero con la recreativa y luego con su versión para hogares. Atari se puede considerar fácilmente la ‘madre’ de esta industria, pero, pese a su popularidad, no tiene suficientes medios y necesita ampliar su mercado.

Nolan Bushnell, el protagonista de esta particular historia, fundó Atari en 1972 y sabía muy bien que lo que tenía en sus manos era un diamante en bruto. La industria del videojuego, que en ese momento casi se limitaba a su compañía, unos cuantos nombres y una decena de juegos, necesitaba financiación. De ahí que vendiera Atari en 1976 a, ni más ni menos, que Warner Bros, algo que, salvando las distancias temporales, podría compararse hoy con la compra de Oculus Rift por parte de Facebook.

Pero este negocio no le salió demasiado bien: en 1979, Bushnell dejó Atari, que se disponía a lanzar la Atari 2600, su consola de sobremesa más importante. Pero este pionero de la industria de los videojuegos tenía un plan bajo la manga: vender pizzas. Resulta absurdo que uno de los grandes emprendedores del ocio interactivo pensara en fundar una cadena de restaurantes tras salir de su empresa, pero así fue como nació Chuck E. Cheese’s.

chuckecheese

Resulta que Bushnell había concebido un plan B mientras estaba en Atari – si es que se le puede llamar plan B, claro, porque, según ha confesado alguna vez, lo llevaba gestando desde 1974. Este ‘padre’ de los videojuegos supo ver los defectos y las virtudes de su criatura: los videojuegos gustaban a los jóvenes de EEUU, pero eran unos cacharros que habitaban cuevas oscuras y sucias que podríamos adjetivar ‘ad infinitum’ con cualquier palabra opuesta a ‘acogedoras’. Los salones recreativos tenían su carisma, y ahora los adoramos, pero eran unos sumideros de tabaco y humedad poco apropiados para niños.

En realidad, no era tan exagerado, porque los videojuegos estaban empezando a ser muy rentables por aquella época y todo el mundo quería tener una máquina recreativa en su local, pero la imagen de seguía siendo negativa en ciertos círculos y pronto surgirían hasta activistas en su contra. Por suerte, Space Invaders podía con eso y con más. El ‘hitazo’ de Taito ya había llegado a las recreativas estadounidenses y fue uno de los primeros éxitos masivos de la industria japonesa del videojuego.

Space_Invader_Cabinet

Así que Bushnell, brillante como era, los llevó al sitio más público que se le podía ocurrir: una pizzería. Y no cualquiera, claro, sino una que él había comprado a Warner (irónico, ¿eh?): la por entonces llamada Pizza Time Theatre, que él renombraría como Chuck E. Cheese’s Pizza Time Theatre y que emplearía para promocionar los videojuegos.

La estrategia era brillante: los padres encargaban una pizza con sus hijos y recibían unas pocas monedas para jugar en las recreativas mientras se hacían las pizzas. ¿Qué mejor forma de pasar la tarde que degustan la joya de la cocina italiana y disfrutando de los últimos lanzamientos de la industria?

Space Invaders fue, en cierto modo, el juego que dio éxito a Chuck E. Cheese’s, si bien es cierto que la emergente industria del videojuego también encontró en la cadena de pizzerías una gran aliado para promocionarse. Con la crisis del videojuego del 83, Chuck E. Cheese’s también se vería en problemas y se declararía en bancarrota en 1984 para ser comprada por su competencia directa, Showbiz Pizza, pero el nombre de las pizzerías seguiría siendo el mismo y los arcades y juegos de mesa seguirían siendo un plato fuerte de su atractivo.

Chuck_E._Cheese_skeeball

Eso no impidió que Nolan Bushnell hiciera millones gracias a la cadena de pizza y que dedicara los siguientes años a financiar y apostar por diferentes proyectos. Y, aunque no se sabe si la cita es suya o no, siempre se ha dicho que Atari hizo famoso a Bushnell, pero que ‘la rata’ (la mascota de Chuck E. Cheese’s) le hizo rico.

¿Qué podemos aprender de esta particular historia? En primer lugar, que Bushnell tiene un ojo impresionante para los negocios: Atari dejó de existir como tal en 1984, solo 5 años después de irse él, y también supo vender Chuck E. Cheese’s a tiempo, aunque esta sigue vivita y coleando pese a sus problemas. Y en segundo, que quizá un negocio no tiene por qué crecer siguiendo su cauce natural. Tal vez pueda apoyarse en otros e incluso invadirlos.

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Con información de ‘The Ultimate History of VideoGames’ (Steven L. Kent. Prima Pub. 2005), The New York Times, IGN, Historia de Atari y Yorokobu.

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