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¿Cuál es el secreto para que una frase de película se convierta en memorable?

“Francamente querida, me importa un bledo”, “Me encanta el olor a napalm por la mañana” “¿Abogado?¿abogadooooo? sal ratita quiero verte la colitaaaa». La historia del cine está llena de millones de frases de guión, pero sólo unas cuantas permanecen indelebles en el imaginario colectivo.

Pero, ¿por qué se nos quedan grabadas esas frases en particular y no otras líneas de los mismos personajes? ¿Qué ciencia esconden las frases memorables que hace que se alojen en nuestra memoria?

Cristian Danescu-Niculescu-Mizil y sus compañeros de la Universidad de Cornell (EE.UU.) han querido estudiar el fenómeno de las frases fenomenales desde un punto científico. Para ello tomaron de IMDB y sitios similares frases cortas y famosas de alrededor de 2.2000 películas; y las compararon con otras frases de una longitud similar habladas por el mismo personaje más o menos en el mismo punto en la película.

Estos son tres ejemplos de esas frases:

A continuación, se pidió a personas que no habían visto las películas que adivinaran cuál de las dos frases era la más célebre. Descubrieron que, de media, la gente eligió correctamente la frase el 78% de las veces, lo que confirma la idea de que las características memorables son inherentes a la propia frase y no el resultado de algún otro factor, tal como la longitud de ellas o su ubicación concreta en un cierto lugar, por ejemplo, al final de la película.

El equipo logró detectar varias características peculiares de estas frases célebres, creando un modelo matemático capaz de identificarlas. Y los cinéfilos y puretas del guión pueden echarse a temblar, pues han enseñado a un ordenador a identificar estas citas que se convertirán en célebres con una precisión cercana a la de los seres humanos, en este caso con un 64% de tino.

Esto significa que los ordenadores podrán un día servir de ayuda a escritores y guionistas en apuros que necesiten ser iluminados con una frase de punch capaz de cuadrar esa historia y que se recuerde para siempre.

El equipo logró identificar algunos puntos comunes que esconden estas frases, como que contienen sorprendentes combinaciones de palabras, pero al mismo tiempo, tienen una estructura sintáctica que es común en el lenguaje diario, por lo que son fáciles de usar.

También encontraron que las frases memorables tienden a utilizar los pronombres (que no sea el usted), el artículo definido femenino “la” y los verbos en presente en lugar de en tiempo pasado. Según los investigadores estas son algunas características que tienden a formar frases geniales y no generales, frases que llegan y se quedan.

Y es ahí cuando Cristian Danescu-Niculescu-Mizil ha visto la luz, al pensar que, más que para el cine, sería posible pasar el mismo software para acabar con una gran número de creativos publicitarios en el mundo, logrando el santo maná de las frases llamadas a perdurar con sólo pulsar al enter del ordenador.

Así que estos estos chicos pusieron a prueba sus resultados midiendo los eslóganes utilizados en los anuncios y campañas de márketing de mayor éxito.

Y descubrieron que estas frases comerciales, que están deliberadamente destinadas a ser memorables desde el momento de su concepción, tienen las mismas propiedades inherentes que las frases que se hacen célebres en las películas.

Así, por ejemplo, sería posible comprobar automáticamente en las agencias de publicidad las frases que están destinadas a ser pegajosas, para ver si se ajustan a los criterios y el ordenador las da por válidas, ayudando la máquina a descartar consignas pobres que posiblemente no iran a ningún sitio por su naturaleza luser.

El equipo de investigadores incluso sugiere que las campañas políticas podría usar este modelo matemático para evaluar sus consignas, permitiendo que los mensajes se nos quedaran así grabados de forma más profunda en nuestro subconsciente.

“Bueno, nadie es perfecto”

 

Fuente: Universidad Cornell

Vía New Scientist y Strambotic

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