Cuando uno lee que han detenido en Pamplona a un traficante de armas de 24 años que operaba a través de la ‘dark web’ o que han pillado a un narcotraficante que asistía a un concurso de barbas, es difícil no preguntarse qué diantres es eso de la internet oscura y cómo puede ser que veinteañeros y ‘hipsters’ aparentemente inofensivos se estén convirtiendo en criminales y hampones en esos bajos fondos de unos y ceros.
A menudo son más los mitos que las explicaciones que se nos ofrecen sobre esta parte oculta de internet, siempre rodeada de polémica y leyenda negra. Y, aunque es cierto que la criminalidad ha hecho de la ‘dark web’ su refugio, también lo es que parte de lo que nos cuentan es solo una verdad a medias (o, al menos, puede ser exagerado). Nos adentramos en las profundidades de internet para explicaros qué se cuece por allí.
No es ‘dark web’ todo lo que no reluce
Aunque es un error de lo más común utilizarlos como sinónimos, los términos ‘deep web’ y ‘dark web’ no hacen referencia a lo mismo. El primero sirve para designar ese famoso 90 % de internet que no está en Google, la parte del iceberg que queda bajo el agua cuando solo asoma la punta. Son páginas a las que estamos totalmente habituados, que se quedan fuera de los buscadores por razones de lo más lógicas. Por ejemplo, la web dinámica que se genera como resultado de una búsqueda en un comparador de restaurantes: se te muestra solo a ti y en base a ciertos filtros y preferencias personales, pero obviamente no se indexa.
El segundo concepto alude a una porción bastante más pequeña de la internet profunda o invisible: aquella que solo es accesible utilizando sistemas específicos de ocultamiento como la red Tor. Esa parte del todo es lo que se conoce como internet oscura o ‘dark web’. Y todavía la podríamos subdividir en ‘darknets’ en función de la herramienta en uso (por ejemplo, la ‘darknet’ de Tor).
No hay que ser medio ‘hacker’ para entrar
Se tiene la creencia de que la ‘dark web’ es territorio de ‘hackers’, cibercriminales y otros frikis con amplísimos conocimientos informáticos. Y es cierto que la mayoría de los visitantes frecuentes saben moverse con soltura por las procelosas aguas de los unos y los ceros, pero no hace falta ser ingeniero para asomarse a echar un vistazo. Basta con que descarguemos Tor Browser (un Mozilla Firefox ‘tuneado’), lo abramos y nos adentremos en la página deseada. ¿Que no sabes dónde ir? Sigue leyendo.
Que no esté en Google no quiere decir que no haya ‘Googles’
La puerta de entrada a la internet oscura siempre son los buscadores y directorios, no solo para el novato que se acerca por primera vez, sino también para los usuarios avanzados que muchas veces no saben si la web que ayer estaba en equis dirección se habrá mudado hoy a otra. Las páginas de la ‘dark web’, sobre todo las que son ilegales, están en constante movimiento. The Hidden Wiki suele ser la casilla de salida, pero también hay buscadores como Grams (un plagio de Google) o la versión de DuckDuckGo en la internet oscura.
Delitos por doquier: aprende a esquivarlos
Desde servicios financieros ilegales (lavado de bitcoines, cuentas de PayPal robadas, tarjetas de crédito clonadas, billetes falsificados…) hasta páginas para descargar gratis series y películas con ‘copyright’ o contenido erótico sin limitaciones morales, lo cierto es que la internet oscura, tal y como se cuenta, está plagada de perversas tentaciones y delitos en potencia que, si pretendes dar un agradable paseo, debes aprender a evitar.
Partiendo de un directorio de los muchos que persiguen los crímenes más nauseabundos (la pornografía infantil está mal vista incluso dentro de la ‘dark web’, afortunadamente), no es difícil esquivarlos. Además, los mercados negros donde se trafica con casi todo suelen pedir que te registres antes de acceder, así que tendrás una oportunidad de marcharte incluso antes de entrar si llegas a ellos por equivocación.
También hay un lado luminoso
Para ti, usuario sin malas intenciones, la ‘dark web’ tiene algunas cosas interesantes, sobre todo si estás interesado en el ‘hacktivismo’, vives en un país que aplica la censura y necesitas saltártela o quieres comunicarte sin que nadie pueda fisgonear. En la internet oscura hay servicios de correo, mensajería y almacenamiento que protegen el anonimato, así como una enorme cantidad de información al respecto en blogs, foros, bibliotecas virtuales, páginas de filtraciones tipo Wikileaks…
Tu identidad y tu tarjeta de crédito, a la venta
Es de sobra conocido que la ‘dark web’ es el lugar donde acaban nuestros datos personales cuando son robados de la base de datos de algún servicio de internet. En los mercados negros de la internet oscura se trafica, además de con identidades robadas, con un sinfín de bienes y servicios desaconsejables, desde drogas de todo tipo hasta armas o municiones, pasando por productos falsificados, ‘gadgets’ robados, pasaportes, títulos universitarios, cuentas ‘premium’ vitalicias de Spotify, ‘malware’, ciberataques por encargo… Casi de todo. Pero solo casi…
Los asesinos te la meten doblada…
También hay mucha leyenda urbana en torno al contenido que podemos encontrar en la ‘dark web’. Por ejemplo, esos supuestos asesinos a sueldo que campan a sus anchas y ofrecen sus servicios al mejor postor en la internet oscura suelen ser más bien estafadores que piden el dinero por adelantado y, por fortuna, nunca cumplen el encargo. También es más que probable que no existan las llamadas ‘red rooms’ (habitaciones rojas), en las que supuestamente se retransmiten en directo asesinatos o torturas, si no más bien timos con imágenes falsas o manipuladas.
… y la ‘dark web’ es un nido de estafadores
Es de suponer que a nadie le sorprende, pero sí que puede uno arquear la ceja y preguntarse cómo es que la compraventa funciona en un entorno tan sombrío. Pues bien, lo hace porque los mercados negros ofrecen a menudo opciones como el ‘escrow’, que aportan confianza: el vendedor no recibe el pago hasta que al cliente no le llega su producto; si algo va mal, se puede reclamar.
Hay una internet oscura en la lengua de Cervantes
Aunque el número de miembros es reducido, hay una comunidad española en la ‘dark web’ que tiene como referencia páginas como Cebolla Chan, TortillaChat o HispaTorChan. Los profesionales de la ciberseguridad encontrarán interesantes recursos en sitios como ZonaCer0 o la Biblioteca en Español.
Ningún anonimato es total
Aunque el propio funcionamiento de la red Tor hace que sea muy difícil rastrearte (es virtualmente imposible averiguar desde dónde te conectas), lo cierto es que son tus patrones de uso los que determinan tu grado de anonimato. Si accedes a tus perfiles en redes sociales a través de Tor o utilizas tu correo personal, le estarás poniendo las cosas muy fáciles a quien pretenda encontrarte.
Para navegar con ciertas garantías por la internet oscura, aparte de mantenerse al margen de cualquier actividad delictiva, es conveniente tomar algunas precauciones, como asegurarse de no tener ningún otro programa abierto, no utilizar el propio portátil o la wifi de casa, cerrar siempre sesión después de navegar y, por supuesto, jamás introducir dato personal alguno en las webs que visitemos. Además, lo ideal es contar con una solución que pueda protegernos en caso de que alguno de nuestros paseos por la ‘dark web’ termine con alguna descarga no deseada de ‘malware’.
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Imágenes de Iván David Gómez Arce, Tor y Visual Hunt
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