
La moto que utiliza beicon en vez de gasolina
Para muchos, el cerdo debería ser considerado poco menos que un animal sagrado. No por su higiene, bien escasa, sino por los numerosos manjares que de él extraemos para el disfrute de nuestro paladar. Chorizo, chuletas, jamón… Quien no lo haya probado, no sabe lo que se pierde. Eso sí, todo en su justa medida. Si solo nos alimentásemos a base de cerdo, nos encontraríamos con un problema de salud a las primeras de cambio.
En Estados Unidos, donde, por alguna extraña razón, son más de beicon que de jamón o chorizo, hay quien se ha comido el tarro para dar salida a la grasa que se desprende a la hora de preparar este alimento. Porque si bien a este lado del Atlántico el beicon es un alimento grasiento más, en Norteamérica no. Allí es prácticamente una religión y desperdiciar lo más mínimo sería un sacrilegio. Tanto es así que incluso en la ciudad de San Diego, en la costa oeste, celebran el Festival Internacional del Beicon para rendir culto a este manjar por el que sienten auténtica predilección.
Para este año, además, la marca que lo organiza, Hormel Foods, ha preparado una sorpresa para los asistenes que, sin duda, dejará de piedra a muchos.
Con el firme propósito de reivindicar el protagonismo que el beicon ha tenido durante tantos y tantos años en las cocinas estadounidenses, la marca ha creado junto a una empresa de producción de biodiesel el B-100, un combustible a partir de la grasa del tocino. Además, no de cualquier grasa. No se han escatimado recursos y se han destinado a la producción de este peculiar carburante las grasas derivadas del mejor producto de la casa. “De hecho, utilizamos la grasa de nuestra planta de Rochelle, en Illinois, que es el 100% Etiqueta Negra”, dijo Nick Schweitzer, gerente de la marca.
Además del B-100, y ya puestos a probarlo, la firma de carne también ha diseñado y fabricado una motocicleta capaz de funcionar con este producto en su depósito. Esta poderosa máquina, muy llamativa estéticamente, podría recorrer entre 120 y 160 kilómetros con algo más de 3,5 litros de este carburante en su depósito. Es más, como no podía ser de otra forma, el tubo de escape de esta motocicleta desprende un delicioso olor a beicon que hará las delicias de más de uno.
El objetivo es recorrer los más de 1900 kilómetros que separan Austin, en Minnesota, y San Diego, en California, a lomos de esta moto, charlando por el camino con todos los fanáticos del beicon que el piloto encuentre a su paso. Además, para dar mayor difusión a toda esta historia, la empresa Hormel Foods ha decidido filmar todo el trayecto, crear un documental y presentarlo en el International Bacon Film Festival que tendrá lugar dentro de la semana del beicon que se celebrará a finales de agosto.
El paraíso terrenal o el mismísimo infierno
Muchos habrá a los que no contente demasiado la idea de que una moto vaya por mitad de la ciudad esparciendo un perfume a beicon frito. Sin duda. Otros muchos, seguro, desearían sin tapujos poder rociarse cada mañana con ese olor – véase el caso del ilustre Homer Simpson. En lo que todos coincidirán es en señalar que se trata de una interesante forma de crear un combustible más respetuoso con el medio ambiente.
De hecho, no es la primera vez que esta un carburante creado a partir de las grasas del cerdo se pone en marcha en territorio estadounidense. Ya en 2009, la compañía Bio-Blend Fuels, que había sido fundada cuatro años antes, anunció que estaba tratando de convertir la grasa del beicon en un combustible. Sin embargo, el negocio no prosperó y la empresa tuvo que echar el cierre y parar la producción de este novedoso carburante.
Una lástima. Los amantes del beicon – ¡y los peces! – se relamían ya pensando en el resultado de lo que, a día de hoy, bien podríamos considerar una auténtica catástrofe medioambiental. Porque al contrario de lo que sucedería en caso de que un barco petrolero vertiese su contenido al mar, si fuera el combustible creado a partir de la grasa de cerdo el que se filtrase los peces se pondrían las botas. Eso es, al menos, lo que piensan algunos de los que han puesto en marcha la aventura de recorrer parte de Estados Unidos conduciendo una moto impulsada por beicon. “Si hubiera un vertido en el océano de biodiésel de tocino, el combustible sería tan seguro como apetitoso para los peces”. Aunque claro, ¿a los peces les gustará el beicon o serán más de jamón ibérico?
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Con información de Modern Farmer, Viajo en Moto, FoodBeast, The Washington Times y CNET
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