Los constructores chinos de la ciudad de Nanning, la capital de la región autónoma de Guangxi, saben muy bien cómo saltarse a la torera las leyes de protección ambiental que rigen en su zona. Por eso una orden de conservación de un árbol de más 100 años de edad no iba a detener la construcción de un gran edificio de apartamentos: simplemente tuvieron que construir las paredes a su alrededor dejando huecos para que el árbol siguiera creciendo.
El ejemplar parece no haber sufrido todavía esta extraña decisión constructiva y se ha convertido en una atracción local en la aldea de Youai, donde se erige el complejo de apartamentos. Se trata de un árbol Banyan o baniano de 10 m de altura que se desvanece en la estructura de hormigón a partir del cuarto piso, para posteriormente salir por el otro lado.
El edificio fue construido el año pasado y los funcionarios de los consejos locales responsables de la licencia urbanística decidieron que, «como el árbol parece estar sano y no se habían roto las leyes», el edificio podía permanecer. Ni se fijaron en la aprobación regulatoria, que dicta que no está permitido construir a menos de 3 m de la proyección vertical de la copa de árboles viejos.
Y no les impresionó el informe que emitió un ingeniero estructural para entender cómo el crecimiento del árbol puede tener impacto en la construcción. Porque las ramas pueden podarse periódicamente para tener poco efecto en el edificio, pero las raíces pueden influir seriamente en la estabilidad de la cimentación. Además, un árbol saliendo por las paredes puede ser un imán para atraer a los rayos en las tormentas eléctricas.
Los árboles Banyan (ficus benghalensis o ficus indica), son originarios del Indostán y se llaman Nyagrodha en sánscrito, cuyo significado literal sería «que crece hacia abajo». Es el árbol sagrado por excelencia de las religiones de la India.
También se le llama «higuera de Bengala» o «higuera estranguladora» y es conocido por sus “raíces aéreas”, de tal manera que sus ramas caen a la tierra, forman raíces otra vez y envían para arriba más ramas que se tuercen y se arrastran, así ampliando el crecimiento del árbol indefinidamente, hasta convertirse en un árbol gigante que se extiende cientos de metros sin parar y engulle todo a medida que se desarrolla (y puede llegar a los 400 años de edad).
Sin duda, el árbol más apropiado para tener atravesando una comunidad de vecinos.
Vía y fotos: life.gmw.cn