En el cine, poco espacio queda para la improvisación. Sin embargo, hay casos que no cumplen esta norma. De repente, algo falla o el personaje invade al actor que se deja llevar por la acción, convirtiéndose en algo inolvidable. Por ejemplo, en la escena más emblemática de ‘Sospechosos habituales’, la rueda de reconocimiento, los cinco protagonistas se tronchan de la risa, mientras se burlan de los policías al otro lado del cristal. En realidad, el guión no incluía toda esa jacaranda, sino que fue causada por una ventosidad de Benicio del Toro, lo que provocó las carcajadas del resto de los sospechosos. Hoy recopilamos más escenas como esta que quedaron grabadas en las retinas, demostraciones de talento por parte de los actores que el espectador cree una parte más del guión.
Qué se suponía que pasaba:
Durante el rodaje de ‘El Padrino’ Francis Ford Coppola necesitaba un tipo gigantesco e intimidante para el papel de Luca Brasi, uno de los subalternos de Don Corleone. Su hombre lo encontró en uno de los guardaespaldas de auténticos gangsters que frecuentaban el estudio de grabación, el gigantesco Lenny Montana, de profesión matón.
El feliz accidente:
Montana estaba tan nervioso de estar en la misma habitación con una leyenda como Marlon Brando que fue incapaz de vocalizar correctamente su breve discurso, atropellándose y tartamudeando al dirigirse al Padrino, exactamente como requería la escena. Para añadir más énfasis, Coppola añadió un plano extra previo en el que Luca Brasi ensaya sus (torpes) palabras en el exterior de la casa.
Qué se suponía que pasaba:
Cada uno de los cinco sospechosos tenía que decir la misma frase en la rueda de reconocimiento: “Dame las putas llaves, maldito bastardo”.
El feliz accidente:
Según cuentan los extras del DVD de la película, durante la escena Benicio del Toro estuvo “todo el tiempo flatulento”, intentando que Gabriel Byrne (segundo por la derecha, intentando contener la risa) aparcara su gesto adusto. Incapaz de controlar a sus actores, el director decidió incluir la escena en el corte final e hizo bien: la química (de metano, eso sí) que rezuman los cinco protagonistas –desconocidos en aquel momento- explica que se decidan a llevar el robo todos juntos.
Qué se suponía que pasaba:
La icónica escena del hospital causó mucha impresión porque había que volar un edificio entero para la toma, lo que significaba que solo lo podían hacer una vez. En la pantalla se observa como el Joker camina fuera del hospital al mismo tiempo que las bombas explotan, sin cortes de cámara hasta que se encuentra a salvo en un enorme bus.
El feliz accidente:
Resulta que los últimos explosivos fallaron. El plan era que explotaran mientras Heath Ledger caminaba, pero no lo hicieron. Entonces, el actor, que se muestra momentáneamente confuso, empieza a golpear el detonador; y cuando todo explota de golpe entra corriendo al autobús, dando a la escena un toque de humor redondo.
Qué se suponía que pasaba:
En la inolvidable escena que inmortalizó su debut como James Bond, Daniel Craig sale del agua en una playa vistiendo un pequeño bañador azul y mostrando su torso apolíneo. Muchos vieron un guiño a Ursula Andress que salía de la playa de la misma manera en la primera película de Bond.
El feliz accidente:
En donde se filmó la escena, en Bahamas, es justo uno de esos lugares en donde hay bancos de arena que dejan pocos centímetros de profundidad. La idea era que Daniel Craig debía estar nadando e intercambiar miradas con la actriz montada a caballo. Pero se topó con un banco de arena situado de manera incómoda que lo obligó a ponerse de pie y caminar fuera del agua. La imagen de Craig terminó plasmada en todo el material promocional de la película.
Qué se suponía que pasaba:
Sin duda alguna, una de las cosas más destacadas en ‘Django Desencadenado’ es ver a Leonardo DiCaprio ejerciendo por primera vez de villano. En una de las escenas, la de la cena en el salón, presa del odio el actor rompe una copa y se corta con los cristales comenzando a sangrar.
El feliz accidente:
En esta escena, el director no contaba con sangre real. Leonardo DiCaprio se dejó llevar por su papel y golpeó la mesa llena de cristales provocando primero un efecto de impacto impresionante y segundo, una herida bastante sangrienta en su mano que necesitó puntos de sutura. Pero el actor estaba en el punto álgido y continuó intensamente. Parece que incluso al resto de actores el momento les dejó helados.
Qué se suponía que pasaba:
En uno de los momentos más locos de la película, Zach Galifianakis divierte a los otros chicos moviendo la mano del bebé de arriba a abajo, fingiendo que se está complaciendo.
El feliz accidente:
La escena estaba completamente fuera del guión. Pero entre tomas, Zack Galifianakis comenzó a jugar con el niño e hizo esto. El director lo encontró tan gracioso que lo mantuvo en el corte final.
Qué se suponía que pasaba:
«¡Pégame!». Todos recordamos esta escena icónica cuando Brad Pitt le pide a Edward Norton que lo golpee por primera vez.
El feliz accidente:
Edward Norton no debía golpear a Pitt según el guión, pero el director David Fincher, justo antes de la toma, susurró al oído de Norton que le atizara de verdad. Y él hizo. La mirada de sorpresa y la frase, «¡Me lastimaste la oreja!» es una reacción genuina de Brad Pitt.
Qué se suponía que pasaba:
El equipo de rodaje de ‘Cowboy de medianoche’ no tenía permiso de ídem en Nueva York, así que las escenas de exteriores se rodaban con una cámara oculta.
El feliz accidente:
Después de 15 tomas fallidas de los protagonistas caminando por Manhattan, un taxi se saltó un semáforo y estuvo a punto de atropellar a Dustin Hoffman y John Voigh. Hoffman reaccionó violentamente y le espetó: “I’m walkin’ here!” (“¡Estoy andando aquí!”), que se convirtió en una de las escenas más recordadas del clásico.
Qué se suponía que pasaba:
En ‘Cómo ser John Malkovich’, un marionetista interpretado por John Cusack consigue una puerta para entrar en la cabeza de John Malkovich y monta un negocio cobrando a la gente por asomarse durante 15 minutos a sus ojos.
El feliz accidente:
Durante el rodaje de una escena nocturna, los extras pasaron el rato tomando cervezas, demasiadas cervezas. Uno de ellos, creyendo que participaba en alguna comedia adolescente de los 80, lanzó a la estrella una lata de cerveza que le impactó en toda su testa mientras le gritaba: “¡Ey, Malkovich, piensa deprisa!, según cuenta el director Spike Jonze.
Qué se suponía que pasaba:
Viggo Mortensen fue un recambio de última hora para encarnar el papel de Aragorn en la versión cinematográfica de la trilogía de Tolkien, y acabó convirtiéndose en el personaje más importante de la saga, en parte porque no siempre está actuando…
El feliz accidente:
En una escena de ‘Las dos torres’ Aragorn y sus compinches encuentran lo que creen que son los cadáveres de dos hobbits, a lo que éste reacciona arreándole un fuerte puntapié a la cabeza de un orco. Del golpe, Mortensen se rompió dos dedos del pie y cae de rodillas del dolor. Con muy buen criterio, Peter Jackson decidió incluir la escena en el corte final, pues el sufrimiento que Viggo estaba experimentando era real (aunque fuera por un motivo distinto), por lo que quedaba muy intenso en pantalla.
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