Greener Gadgets, ideas para una tecnología más sostenible
El caso Wind-Helmet carga el móvil mientras se circula gracias a un pequeño aerogenerador.
La Greener Gadgets Conference es un evento que se celebra anualmente en EE UU desde 2008 –la edición de 2010 comenzará el 25 de febrero–, y está enfocada en todo aquello que tenga que ver con lograr que la tecnología sea lo más sostenible posible, y en cómo alcanzar la sostenibilidad a través de la tecnología.
Las charlas tratan sobre cómo se utiliza la energía y como puede lograrse una mayor eficiencia energética (mejor aprovechamiento de ésta) así como exposiciones sobre innovaciones y avances para conseguir que los dispositivos electrónicos sean más limpios y respetuosos con el entorno a lo largo de todas sus etapas, desde el diseño, la utilización de materiales y los procesos de fabricación, pasando por el empaquetado y distribución y, por supuesto, su recuperación y reciclado al final de su vida útil.
También hay conferencias y debates sobre cómo la tecnología, en todos sus niveles, puede ayudar a aprovechar mejor mejor la energía y reducir el consumo de las materias primas, con especial atención al uso de energías renovables o alternativas, el aprovechamiento de los recursos y la reducción de residuos, emisiones y desechos contaminantes.
Uno de los aspectos más interesantes –y divertido– de la Conferencia es el Greener Gadgets Design Competition, toda un estímulo para dar rienda suelta a ideas relacionadas con el diseño y el desarrollo de conceptos y prototipos de productos diseñados teniendo en mente conceptos como el ahorro, la eficiencia y la sostenibilidad, pero sin olvidar que resulten prácticos y útiles.
El objetivo es idear cómo debería ser la tecnología cuando se concibe con las premisas del ahorro y la eficiencia.
En la pasada edición, la correspondiente a este año 2009, se vieron diseños realmente ingeniosos, casi todos ellos de dispositivos sencillos que casi cualquier persona podría idear, pero todo ellos originales formas de reinventar o reinterpretar –con el ahorro energético en mente– objetos comunes: una persiana, un grifo, un interruptor o un enchufe.
Algunos ejemplos de diseños e ideas presentadas a concurso y que más votos obtuvieron en la última edición son estos:
Blight, una persiana cuyas lamas son pequeños paneles solares flexibles (paneles de película, más ligeros y baratos que los de cristal) que captan la luz del sol a la vez que impiden que éste entre durante el día. La electricidad obtenida se utiliza para convertir la persiana en una lámpara que da luz durante la noche.
Blink consiste en un enchufe con un sensor fotosensible que interrumpe el paso de corriente cuando detecta la luz solar. De este modo puede desconectar automáticamente las lámparas cuando no son necesarias.
BugPlug, similar al anterior, corta el consumo de electricidad cuando detecta que no hay nadie en una habitación. De este modo puede apagar las lámparas o el televisor cuando por la ausencia de movimiento interpreta que la habitación está vacía. O cuando te has quedado dormido viendo la tele.
Bware Water Meter, un pequeño contador de agua que se puede colocar en cualquier grifo para visualizar los litros utilizados en una ducha, grifo de mano o cada vez que se tira de la cisterna; probablemente podría ser mecánico (o siendo electrónico, incorporar una alarma cuando se consume una cantidad predeterminada), pero la idea es muy buena como método para concienciar sobre el consumo de agua.
HydroWind, generador portátil para campistas; puede generar electricidad suficiente para encender una pequeña luz por la noche, tanto utilizando el viento como una corriente de agua cercana, un riachuelo, por ejemplo. Dispone también de una toma USB para cargar pequeños gadgets, como reproductores de música o teléfonos móviles.
Power Plugs, enchufes para el Siglo XXI. Añadir un par de tipos de enchufe a los convencionales de 240 voltios (los habituales en casas y oficinas) con potencias adecuadas para hacer funcionar directamente dispositivos electrónicos tales como ordenadores portátiles, teléfonos móviles, routers, televisores y pantallas TFT,… es decir, todos aquellos que tengan que hacer uso de un transformador o de pilas para funcionar; de ese modo se reduciría el consumo de pilas y el uso de transformadores, con el consumo que éstos suponen incluso cuando están enchufados pero no se está utilizando.
SmartSwitch, un interruptor inteligente que interviene en el acto reflejo de encender la luz. El SmartSwitch modifica su dureza en función del consumo total que hay en un momento dado en la casa o de la red general. Por ejemplo, en horas pico ofrece más resistencia al encendido, consiguiendo que nos paremos a pensar si realmente necesitamos o queremos encender esa luz. Para que funcione debería ir ligado a las redes eléctricas inteligentes que ya se están empezando a desarrollar.
The Inlet-Outlet, el enchufe que devuelve electricidad sobrante a la red eléctrica: por ejemplo si la vivienda dispone de paneles solares cuya electricidad no se esté utilizando; o la obtenida gracias al calor producido por un horno de cocina o en una bicicleta estática. Los enchufes de doble dirección suministran electricidad igual que los convencionales, pero también permiten devolver electricidad a la red eléctrica. Esta consideración ya la están contemplando algunos coches eléctricos, como el prototipo Mitsubishi PX-MiEV.
Vampire Plug, brillante por simple y efectivo: un enchufe al que se le ha acoplado un temporizador de cocina (como el que avisa cuando la pizza lleva quince minutos en le horno). Una vez cumplido el tiempo establecido (por ejemplo, una hora para cargar el móvil) avisa y además corta la corriente para evitar el consumo eléctrico residual causado por los transformadores.
Se pueden ver le resto de las ideas que recibieron más votos en la página Top 50 Entries del Greener Gadgets Design Competition.
Aunque la mayoría de estos diseños de momento no existen –y probablemente muchos no existirán nunca– pero son un ejemplo de cómo hasta lo más cotidiano puede reinterpretarse si se vuelve para observarlo bajo una nueva óptica o desde la perspectiva de lo aprendido hasta ahora; de cómo un cambio de planteamiento y de educación puede dar lugar a la reinvención de lo común y de cómo nada puede darse por sentado o establecido.
Son sólo una pequeña muestra que enseña que tenemos las ideas y la capacidad para cambiar el modo en el que se han venido haciendo las cosas hasta ahora, y adaptarlas a la lo que estamos aprendiendo sobre cómo podríamos –y deberíamos– hacerlas mejor.