Después de años de posicionamiento de nicho en el mundo de la música, el audio de alta resolución finalmente ha venido para quedarse, gracias a una gran cantidad de soportes que en los últimos años han desembarcado en los servicios de ‘streaming’ y en los dispositivos digitales, desde teléfonos inteligentes hasta la mayoría de los aparatos de alta fidelidad.
Pero, ¿por qué deberías fijarte en el audio de alta resolución? Si deseas la mejor experiencia musical posible, o al menos una mejor calidad de sonido de la que estás acostumbrado, vale la pena adentrarse en este campo que, como la propia música, está lleno de matices.
A diferencia del video de alta definición, no existe un único estándar universal para el audio de alta resolución. En 2014, Digital Entertainment Group, Consumer Electronics Association y The Recording Academy, junto con los principales sellos discográficos, definieron formalmente el audio de alta resolución como un «audio sin pérdidas que es capaz de reproducir la gama completa de sonido de las grabaciones mejor que las fuentes de música con calidad de CD».
En sus términos más simples, el audio de alta resolución tiende a referirse a archivos de música que tienen una frecuencia de muestreo y/o una profundidad de bits más alta que el CD, que se especifica a 44,1 kHz / 16 bits
La frecuencia de muestreo se refiere al número de veces por segundo que cambia el nivel de una señal digital durante el proceso de conversión de analógico a digital; esos miles de cambios por segundo se convierten en las ondas sonoras que identificamos como música. Cuantos más bits haya, más exactamente se puede medir la señal, por lo que pasar de 16 bits a 24 bits puede ofrecer un salto notable en la calidad. Los archivos de audio de alta resolución generalmente usan una frecuencia de muestreo de 96 kHz o 192 kHz a 24 bits. También pueden ser archivos de 88,2 kHz y 176,4 kHz.
Sin embargo, el audio de alta resolución tiene un inconveniente: el tamaño. Un archivo de sonido en alta resolución puede pesar una decenas de megabytes, y algunas pistas de música pueden consumir rápidamente el almacenamiento en tu dispositivo o ser engorrosas para transmitir a través de una red inalámbrica. Afortunadamente, el almacenamiento es mucho más barato de lo que solía ser, por lo que es más fácil obtener dispositivos de mayor capacidad. Y tecnologías como MQA (Master Quality Authenticated) que utilizan servicios como TIDAL han llegado para abordar este problema.
Eso no es todo: también se puede elegir entre varios formatos diferentes de archivos de audio de alta resolución, cada uno de ellos con sus propios requisitos de compatibilidad.
Entre ellos se encuentran formatos populares como FLAC (Códec de audio sin pérdidas gratuito) o ALAC (Códec de audio sin pérdidas de Apple), los cuales están comprimidos pero de una manera que significa que, en teoría, no se pierde información. Los formatos con pérdidas eliminan las frecuencias de audio que no se usan mucho y utilizan otros métodos para perder calidad y fidelidad, pero a cambio de producir archivos codificados más pequeños. Otros formatos incluyen WAV y AIFF sin comprimir, DSD (el formato creado por Philips y Sony utilizado para Super Audio CD) y el más reciente MQA (Master Quality Authenticated).
Se pueden discutir los méritos relativos de cada uno, pero el problema crucial es (y será) la compatibilidad del archivo con los dispositivos y el software elegidos.
Estos son algunos de los formatos de audio más utilizados:
– MP3 (baja resolución): el formato comprimido más popular para un tamaño de archivo pequeño, pero lejos de la mejor calidad de sonido. Conveniente para almacenar música en teléfonos inteligentes, pero no admite alta resolución.
– AC (baja resolución): una alternativa a los MP3: es con pérdidas y comprimido, pero suena mejor. Se utiliza para descargas de iTunes, transmisión de Apple Music (a 256 kbps) y transmisión de YouTube.
– WAV (alta resolución): el formato estándar en el que están codificados todos los CD´s. Excelente calidad de sonido pero sin comprimir, lo que significa un gran tamaño de archivo. Tiene poco soporte de metadatos (es decir, material gráfico del álbum, artista e información del título de la canción)
– AIFF (alta resolución): alternativa de Apple a WAV, con mejor soporte de metadatos. Es sin pérdidas y sin comprimir (tamaños de archivo grandes), pero no es muy popular.
– FLAC (alta resolución): este formato de compresión sin pérdidas admite frecuencias de muestreo de alta resolución, ocupa aproximadamente la mitad del espacio de WAV y almacena metadatos. Es ampliamente compatible (aunque no con Apple) y se considera el formato preferido para descargar y almacenar álbumes de alta resolución.
– ALAC (alta resolución): el formato de compresión sin pérdidas de Apple, que también admite alta resolución, almacena metadatos y ocupa la mitad del espacio de WAV. Una alternativa amigable para iTunes y iOS a FLAC.
– DSD (alta resolución): el formato de un solo bit utilizado para Super Audio CD. Viene en variedades de 2.8mHz, 5.6mHz y 11.2mHz, pero no es ampliamente compatible.
– MQA (alta resolución): un formato de compresión sin pérdidas que empaqueta eficientemente los archivos de alta resolución con más énfasis en el dominio del tiempo. Se utiliza para el ‘streaming’ de alta resolución de, por ejemplo, TIDAL Masters.
Por tanto, el principal beneficio de los archivos de audio de alta resolución es una calidad de sonido superior a los formatos de audio comprimido como MP3 y AAC. Las descargas de sitios como Amazon e iTunes, y los servicios de ‘streaming’ como Spotify, utilizan formatos de archivo comprimido con velocidades de bits relativamente bajas, como archivos AAC de 256 kbps en Apple Music y archivos Ogg Vorbis de 320 kbps en Spotify.
Como comentábamos anteriormente, el uso de la compresión con pérdidas significa que los datos se pierden en el proceso de codificación, lo que a su vez significa que la resolución se sacrifica en aras de los tamaños de archivo más pequeños. Esto tiene un efecto sobre la calidad del sonido: esos formatos no cuentan la historia completa de nuestras canciones favoritas.
Esto podría estar bien cuando escuchas una lista de reproducción en tu teléfono en el autobús, pero los amantes de la música quieren mucho más. Aquí es donde entra el audio de alta resolución, pues replica de forma más fiel la calidad de sonido con la que los músicos e ingenieros han trabajado en el estudio. De hecho estos archivos suelen venir etiquetados como «Studio Masters» en algunos casos.
Así que con más información sobre el archivo a reproducir, el audio de alta resolución tiende a presumir de mayor detalle y textura, acercando a los oyentes a las condiciones originales de grabación. Siempre que tu dispositivo sea lo suficientemente eficiente para lograrlo, claro está.
Existen una gran variedad de dispositivos que pueden reproducir audio de alta resolución. Todo depende del tamaño que prefieras, el presupuesto que tengas y la vía que utilizarás para escuchar las canciones. Tampoco tienes que abandonar por completo tu colección de vinilos para ir corriendo a la alta resolución, ya que existen tocadiscos que permiten copiar las pistas de vinilo en archivos de audio de alta resolución.
Si vas a usar dispositivos portátiles, los teléfonos inteligentes son cada vez más compatibles con la reproducción de alta resolución. Sin embargo, se restringen a los modelos de gama alta. Alternativamente, hay reproductores de música de alta resolución portátiles dedicados, como varios Walkman de Sony, o aparatos de reconocidas marcas en este campo como Astell & Kerns o Cowons, que ofrecen más espacio de almacenamiento y una calidad de sonido mucho mejor que un teléfono inteligente multitarea.
Incluso un ordenador portátil (Windows, Mac, Linux) es un dispositivo perfecto para almacenar y reproducir música de alta resolución (después de todo, aquí es donde se descargarán las canciones de los sitios de descarga), pero asegúrate de que el software que usas para reproducir música también sea compatible con la reproducción de alta resolución. Incluso puedes tirar de altavoces inalámbricos, ya que varias marcas ya son capaces de manejar la reproducción de archivos de alta resolución a través de wi-fi, obteniéndose un impulso sónico instantáneo.
Ahora que estás armado con toda esta información, tu próxima pregunta debería ser: ¿dónde puedo obtener todas estas gloriosas pistas de música de alta resolución?
Las principales discográficas de música como Sony, Warner o Universal han puesto a disposición del público sus extensos catálogos de música para estos servicios de descarga de alta resolución. Algunas de las tiendas más conocidas son 7Digital, HDtracks o Pristine Classical. Pero asegúrate de tener claro qué formato de archivo y tasa de bits estás comprando, ya que vale la pena revisar en los diferentes sitios el mismo álbum o pista, ya que algunas tiendas pueden ofrecer mejores precios que otras.
Los servicios de ‘streaming’ musical como TIDAL y Qobuz también han ofrecido audio de alta resolución y calidad de CD casi desde el principio, colocándolos en este sentido por delante de sus rivales Spotify y Apple Music. Y ahora que Amazon se ha unido a la fiesta con su servicio HD, sin duda el ‘streaming’ de audio de alta resolución está de moda.
Por ejemplo, la asociación de TIDAL y el formato MQA nos ha llevado un paso más cerca a la música de alta resolución. Tendrás que suscribirte al nivel HiFi de TIDAL (que ofrece transmisión de calidad de CD) para desbloquear la sección Masters, y luego puedes transmitir archivos MQA de alta resolución a través de la aplicación de escritorio y las aplicaciones móviles Android / iOS.
Así, un suscripción a TIDAL te permite escuchar la mejor calidad de sonido según la configuración, la disponibilidad de datos y el dispositivo que selecciones, entre cuatro opciones de calidad de sonido:
Master: tan impecable como sonaba el paquete de masterización y precisamente como el artista pretendía que sonara. TIDAL es uno de los pocos servicios que renderiza archivos originales de 24 bits en dispositivos portátiles, ya que utiliza un proceso de compresión MQA de última generación, lo que aporta calidad de estudio y una claridad y profundidad inigualables.
HiFi: calidad de CD sin pérdidas basado en FLAC (1411 kbps o 16 bits / 44,1 kHz), un formato de transmisión más robusto y nítido, donde tienes la capacidad de transmitir más de 60 millones de pistas comprimidas.
Alta: Aporta equilibrio entre el uso de datos y la calidad del sonido (320 kbps AAC).
Normal: uso de datos reducido para conexiones más lentas.
¿Con cuál de estas propuestas sonoras quedarse? La cuestión es elegir la que mejor se adapte a tus circunstancias. Y para saberlo nada mejor que aprovechar la oferta que Vodafone pone a tu disposición regalando 3 meses gratis de suscripción a Tidal Premium con tu tarifa de datos. ¡Ahora ya no tienes excusa para descubrir el fascinante mundo de la música en alta resolución!