Fotografía (cc) magic_quote
En la mayoría de los casos los teléfonos inteligentes son de hecho el centro de la «vida digital». Son cada vez más sofisticados y mejores y contienen más información vital, lo que a la vez los convierte en vulnerables y delicados.
Y no sólo por una cuestión física o de coste de adquisición. Si bien algunos modelos tienen un precio alto y hacerse con ellos supone un esfuerzo económico. Y a nadie le gusta ver cómo un móvil de 500 euros, o más, acaba estrellado contra el suelo.
Y en muchas ocasiones esto es inevitable. Pasan muchas horas en las manos y se han convertido en un elemento que constantemente tiene que seguir el ritmo a su propietario. Ir de aquí para allá, en todo tipo de ocasiones, destinos y circunstancias.
Pero en muchos casos perder el teléfono o que éste sufra daños es aún peor por las molestias que supone prescindir de él que lo que puede suponer la pérdida física. Por la pérdida de datos profesionales o personales y de la herramienta en sí.
La solución más evidente para este problema pasa por utilizar algún tipo de funda o carcasa protectora que absorba el impacto en caso de que el teléfono caiga al suelo. Pero no a todo el mundo le gusta utilizar ese tipo de accesorios –que, dicho sea de paso, tienden a ser burdos y feos a la vez que son poco capaces de proteger la parte más sensible de los dispositivos de pantalla táctil.
Recientemente tanto Amazon como Apple han patentado diferentes mecanismos de protección que, de llegar a implementarse, harían innecesario el uso de fundas.
Airbags, muelles y cohetes de aire comprimido
Ahora mismo sólo por planteamiento resultan casi más divertidos que factibles.
Por un lado Jeff Bezos, fundador de Amazon, patentó recientemente un método que protegería el móvil en caso de caída: un airbag, similar al utilizado en los vehículos –o incluso aún más parecido a los que ya existen para la protección de motoristas en caso de accidente o los utilizados en misiones espaciales para hacer aterrizar sondas sobre Marte.
La patente va incluso más allá, y describe un sistema adicional que, ayudado por los sensores incorporados en el teléfono móvil – como giroscopios, sensores de proximidad e incluso la cámara –, en caso de caída el dispositivo sería capaz de orientarse en la posición adecuada mediante unos pequeños propulsores de aire comprimido, para que en la caída el despliegue del airbag sea efectivo.
En una variante de lo anterior, el dispositivo se orientaría para a continuación desplegar una serie de resortes o muelles que amortiguarían el impacto contra el suelo – opción que de algún modo resulta más viable y simple que la del airbag, aunque menos espectacular.
Apple por su parte, según recogía el blog Patently Apple, también tiene la patente para un mecanismo de protección similar, aunque algo más comedido y discreto, y probablemente más realista.
Aunque actualmente el vidrio de aluminosilicato (comercialmente conocido como Gorilla Glass, aunque el iPhone 4 en teoría utiliza una nueva versión aún más resistente que podría denominarse Godzilla Glass) empleado en los dispositivos móviles de Apple es razonablemente resistente, todavía no impide que un mal golpe o una caída desafortunada termine con la pantalla echa añicos, si bien normalmente el daño se limita a la cubierta de vidrio superior y no tanto a la pantalla en sí.
Para amortiguar los efectos de una caída la idea de Apple pasaría por incorporar algún tipo de elemento flexible o resorte dinámico entre el cristal protector y la pantalla.
Como el de Amazon, en caso de caída ésta sería detectada por los sensores de movimiento – este principio se aplica en los discos duros modernos, que ante la inminencia de un impacto se ponen en modo protegido separando los cabezales de la superficie magnética para evitar dañarla por contacto – y de ser necesario lo desplegaría separando el cristal de la pantalla y absorbiendo buena parte de la energía liberada por la deceleración.
Aunque la aplicación de nuevos materiales sin duda dará lugar a plásticos y vidrios sintéticos más flexibles y resistentes – cuando más flexibles, más resistentes; e incluso con «memoria de forma» – resulta divertido comprobar cómo no hay restricción para desarrollar ideas adicionales que puedan ser capaces de resolver este problema, o de añadir una barrera de protección adicional.
Incluso aunque puedan parecer ideas descabelladas ahora, son un ejemplo de cómo las ideas pueden surgir como algo poco realista que pueden incluso causar cierta gracia mientras tal vez su evolución desemboque en una solución que funciona y se convierte en algo común. Aunque en este caso, y ahora mismo, casi cuesta creerlo.