Cada londinense es grabado 300 veces al día por alguna de las 40.000 cámaras de vigilancia instaladas en la ciudad, un “privilegio” del que también podrán disfrutar los millones de turistas que acudan este verano a la llamada de los Juegos Olímpicos. ¿Ha logrado todo este sistema de vigilancia, que algunos comparan con el Gran Hermano de Orwell, reducir los delitos en la ciudad y en el resto del país? No, dice un nuevo estudio. Sí…con matices, se defiende la policía metropolitana.
No se sabe a ciencia cierta cuántas cámaras de vigilancia están instaladas en el Reino Unido, pero la cifra oscila entre 1,8 y 4,2 millones (sumando públicas y privadas). La práctica totalidad de los ayuntamientos han sucumbido a la videovigilancia, algunos a costa de reducir las patrullas callejeras de policía. En total, los gobiernos locales han gastado 515 millones de libras (unos 700 millones de euros) en la instalación, mantenimiento y supervisión de las CCTV, según el informe elaborado por el grupo de derechos civiles Big Brother Watch (BBW), informa CS Monitor.
¿Todo esto para qué?, se preguntan. Según las cifras de la propia policía sólo se resuelve un delito por cada 1.000 cámaras de vigilancia. Y todo el gigantesco sistema de control de los ciudadanos no sirvió para detener los saqueos del pasado verano ni los atentados terroristas de 2005, denuncian los activistas. Los policías se defienden: la presencia de las cámaras disuade a muchos criminales de delinquir y, además, las cámaras no sólo se utilizan para prevenir la delincuencia sino también para controlar el tráfico o “rescatar a un conductor que se ha caído al Támesis”.
Los miembros de BBW afirman no estar en contra de las cámaras de seguridad, sino de distraer recursos de otros capítulos, por ejemplo las patrullas de barrios. Según el informe, el dinero gastado en cámaras hubiera servido para poner 4.400 policías en las calles. Pero, apuntamos, las cámaras de circuito cerrado de la Pérfida Albión también nos han brindado momentos inolvidables, como ese policía que se persiguió a sí mismo creyendo que era un ladrón o ese saqueador bizco, que fue detenido tras los disturbios de Londres gracias a su inconfundible a la par que estrábica mirada a la cámara de seguridad.
Informe original. Visto en Christian Science Monitor.
Y además:
–Un delito resulto por cada 1.000 cámaras en Londres
–Un policía se persigue a sí mismo tras confundirse con un ladrón en las cámaras de seguridad
–De cómo hackeé las cámaras de la policía y enfrenté al Ayuntamiento de Madrid consigo mismo