Seguro que alguna vez has estado viendo una película y, ante una escena decisiva con demasiadas explosiones o una resolución fantástica, has pensado: “Eso no podría pasar en la vida real”. Lamentamos decirte que no es así. Muchas de las escenas más increíbles de películas de acción, espías e incluso de animación podrían haberse dado perfectamente en la vida real. Sombreros que cortan materiales duros, virus del espacio exterior, robots que ayudan a astronautas… Aquí estamos para demostrártelo:
Una de las películas míticas de la saga de James Bond. En ella, Oddjob, el guardaespaldas del malvado Goldfinger, tiene un arma de lo más particular: un sombrero cuya ala es una cuchilla, tan cortante que secciona la cabeza de una estatua. ¿Increíble? No tanto. Un ‘youtuber’ que fabrica armas que aparecen en películas hizo la prueba y consiguió que funcionara. Para ello, coloca una lámina de acero en el borde del sombrero y se dispone a lanzarlo a lo Oddjob. Él lo probó con varias copas de cristal y dio resultado.
En una de las escenas adrenalíticas de esta película, varios vehículos cruzan la superficie helada del mar de Barents (en el círculo polar ártico) cuando el obús que sale de uno de ellos es desviado de su trayectoria para impactar contra unos enemigos. Y lo desvía uno de sus personajes con solo girar un poco la mano. Sabemos que Vin Diesel, Dwayne Johnson y compañía son hombres fuertes pero ¿para tanto teniendo en cuenta lo que pesa uno de estos proyectiles? Hemos de decir que sí sería posible en la vida real, con la misma condición que se da en la película: el obús se ha de deslizar por el hielo y la persona que modifique su dirección tener una fuerza equiparable a la de los protagonistas de la película. Y sabemos que, con un poco de gimnasio, eso se consigue.
De la escena de un clásico del cine a la escena de otro clásico más contemporáneo. En una de las secuencias clave de ‘Brave’, la princesa Merida dispara una flecha que ha de impactar en el centro de una diana que ya está ocupada por otra flecha. ¿Conseguirá dar en el mismo lugar? Sí, y no solo eso, sino que parte en dos la flecha de madera tras haber zigzagueado. ¿Es eso posible? Por supuesto. De hecho, tiene un nombre: es la conocida como paradoja del arquero. Apuntamos ligeramente la flecha a un lado para que, flexionada al salir vuele al centro con la precisión que queremos. Difícil de apreciar con la vista humana, es el movimiento que hace la flecha al iniciar su recorrido. Lo de partir una flecha en dos es algo más común, así que no hay de qué extrañarte.
Si algunas de las criaturas de ‘Star Wars’ te parecen imposibles de ver en la vida real, has de saber que la NASA está trabajando para replicarlas. En concreto, en su proyecto de robonautas. Igual que C-3PO y R2-D2 ayudan a Han Solo y compañía traduciendo y arreglando naves en algunas escenas, ellos quieren construir robots que sirvan de asistentes a los astronautas en las misiones o que hagan tareas muy peligrosas. Uno de ellos es el Robonauta-5 o R5. Con una apariencia humana, tiene una autonomía de batería de una hora y puede operar en los entornos más inhóspitos. Mientras, el Robonauta-2, que puedes ver en el vídeo superior, ya ha participado en misiones espaciales.
La cinta de Stanley Kubrick está considerada como una de las más fieles en la representación de la ciencia de la vida real. Tal es su precisión que alguna de las escenas más sospechosas podrían ser las de un documental de la vida real. Por ejemplo, las de la estación espacial redonda que se mueve con parsimonia fuera de la Tierra. Dentro de ella, la gente camina y se sienta como si estuviera aquí. ¡Pero si no hay gravedad! ¡Deberían estar flotando! La explicación está en el concepto de gravedad artificial. Para conseguir esta, deben estar relacionados el tamaño de la nave con la aceleración de la gravedad, que es de 9,8 metros por segundo al cuadrado. Así, en la película vemos que la nave se mueve a una revolución (giro) por minuto. La nave ha de tener entonces un diámetro de 980 metros para conseguir reproducir la gravedad terrestre, lo que tiene sentido con la enormidad que se ve en la cinta.
Años antes de que Kathryn Bigelow se hiciera con el Óscar por ‘En tierra hostil’, hizo saltar de un helicóptero a Keanu Reeves y Patrick Swayze. Lo hizo en ‘Point Break’, otra película de acción en la que Reeves salta para perseguir a Swayze. Y consigue atraparlo en pleno vuelo. ¿Raro? No tanto. El programa ‘Cazadores de mitos’ hizo la prueba y consiguió emular la escena. Eso sí, hay dos detalles que quedaron como inverosímiles: poder tener una conversación entre dos personas mientras se está en caída libre y la duración de esta cuando se salta desde los 1.200 metros (en la película son 90 segundos y en la vida real sería solo medio minuto). No todo iba a ser real.
Las películas o series de zombis siempre nos dejan con la duda: ¿podrían tener lugar en nuestro día a día esas escenas de cuerpos muertos pero que se mueven a la voluntad de un virus o acción externa? Sí: en la naturaleza existen hongos que, al atacar un cuerpo, lo poseen durante varios días. Es el caso de los zombis de ‘Bienvenidos a Zombieland’, infectados por un virus derivado de la enfermedad de las vacas locas. En la vida real, un hongo del género ‘Ophiocordyceps’ ataca a los insectos y se mantiene en el cuerpo durante días controlándolo hasta hacerle incluso escalar. Existen hormigas que, al igual que los zombis nos trasmiten a nosotros el virus, cuando mueren por infección de este hongo esparcen esporas que llegan a otras hormigas y les infectan.
Esta película de 1971, adaptación de una novela de Michael Crichton (el mismo escritor de ‘Parque Jurásico’), cuenta la investigación de un virus extraterrestre que coagula la sangre de los humanos y que llegó a la Tierra en un satélite. Después de ver cómo recogen la muestra espacial, quizá te preguntes si esa escena se podría dar en la vida real: ¿existen los virus y bacterias espaciales? Hemos de decirte que sí. En unas muestras de polvo de la Estación Espacial Internacional se encontraron unas bacterias que irritan e hinchan la piel que no eran propias del planeta azul. Eso sí, para tranquilizarnos, aquí esas bacterias son inocuas, no así por aquellas zonas. Ni siquiera lejos del planeta azul uno se libra de enfermedades.
Y hablando de astronautas. ¿Te sorprendió la película protagonizada por Matt Damon? Por ejemplo, la escena en la que se pone a cultivar en el suelo marciano. ¿Será que tiene las mismas características que el de la huerta del pueblo? Sí, sería posible cultivar en Marte, ya que el suelo tiene nutrientes parecidos al nuestro. Agua ya sabemos que tiene el planeta rojo, así que solo falta que encontremos un fertilizante acorde con la situación.
La película de Alfonso Cuarón comienza con un reguero de basura espacial que va hacia los protagonistas (Sandra Bullock y George Clooney) tras la explosión de un misil que iba a destruir un satélite. ¿Podría pasar en la vida real? Sí, pero por fortuna es muy poco probable. Es el llamado síndrome de Kessler: el impacto de un satélite espacial u otro objeto llevaría a que pequeños fragmentos de basura circularan a gran velocidad por el espacio; estos, a su vez, chocarían con otros que multiplicarían la reacción. Las probabilidades son pequeñas, pero hay un satélite en el espacio, el Envisat, con el que hemos perdido el contacto. ¿Y si choca con algún objeto?
En definitiva, aunque la ciencia tiene mucho que echarle en cara al cine, también hay escenas que guardan mucha relación con la vida real. La próxima vez que las veas no frunzas el ceño y considera que, al menos, algo de verdad pueden tener.
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Con información de Cracked, Ranker, Tiro con arco, Space.com, NASA, Popular Science, MythBusters Results, Global News, BBC, Wikipedia, El País, IFLScience! y Gizmodo.