Suena a historia de cine negro. Podría serlo. Todo empezó con una llamada de auxilio al especialista en botánica Charles Bryson, del Agricultural Research Service norteamericano.
Concretamente la de un estudiante de la Universidad de Mississippi, Lucas Majure, que necesitaba los conocimientos del botánico para identificar una extraña hierba encontrada en el cementerio de Rose Hill, en la ciudad de Meridian, Misisipi, de la que desconocían su origen.
Tras varios meses de investigación, Bryson descubrió la especie de aquella misteriosa planta. Se trataba de una Carex breviculmis, un subgénero de la familia de las ciperáceas procedente de Asia y Australia. El investigador descubrió también que se trataba de una especie invasora que había adoptado como su nuevo hogar otros cuatro cementerios a lo largo de la ciudad.
¿Pero cómo había llegado hasta estos cementerios?
La teoría más plausible es que los vivos, y no los muertos, son los que han tenido tenido algo que ver. El cementerio de Rose Hill (uno de tantos Rose Hill repartidos por todo Estados Unidos) es el eterno hogar de toda una dinastía de sangre real: Emil y Kelly Mitchell, quien a comienzos del siglo pasado fueran rey y reina de la nación gitana, cuyos cuerpos están enterrados en el lugar junto a tíos, hermanos y descendientes.
El título de Rey Gitano se confiere por aclamación popular, aunque también puede ser heredado. No es necesario pertenecer a esta etnia para recibirlo, ni tampoco otorga ningún tipo de poder especial. Funciona casi como una especie de cabeza visible o ‘relaciones públicas’ dentro de un área geográfica o comunidad determinadas.
Aun así, la muerte de Kelly Mitchell cuando trataba de dar a luz a su decimoquinto hijo sirvió para reunir a romaníes de todas partes de Estados Unidos en la ciudad de Meridian. Los periódicos de la época cifran en unos 20.000 los asistentes al funeral de la reina gitana.
Era 1915 y desde entonces, el lugar se ha convertido en centro de peregrinación para romaníes y curiosos que se acercan a dejar una lata aplastada de naranja (el refresco favorito de Kelly) o cualquier otra bebida sobre la lápida de su reina.
Charle Bryson está seguro de que éste es el origen de la Carex breviculmis en suelo americano. Las evidencias indican que las semillas de la planta llegaron prendidas a la ropa de alguno de los solemnes visitantes de la realeza gitana, para acabar cayendo y germinando en la fértil tierra del camposanto.
Después, los mismos operarios que trabajan en ese y otros cementerios de Meridian, así como las herramientas de jardinería que usaban, fueron de la misma manera inconscientes cómplices de la prolífica herbácea en su labor por extender su prole.
Pero el caso no termina aquí. Según apunta el experto botánico, la Carex breviculmis ha demostrado sentirse muy a gusto en su nuevo hogar y se está expandiendo a un ritmo alarmante. De continuar a este ritmo, es probable que en el futuro se convierta en un problema para la siembra de cultivos y otros productos de la tierra.
Visto en usda.gov. La imagen de la tumba de Kelly, del flickr de Rebecca