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¿Quién se acuerda de los animales feos? ¡Viva la diversidad biológica!

Existen animales en peligro de extinción a los que la Madre Naturaleza no dotó de la hermosura de un tigre de Bengala o de una pantera nebulosa. Y es que cuando pensamos en animales en peligro de extinción nos suelen venir a la cabeza los osos panda o las águilas imperiales, majestuosos predadores que despiertan la imaginación y suelen protagonizar los documentales de La 2. ¿Pero quién se acuerda del pez borrón, el mono nariguro o el calamar bocazas? ¿Acaso un niño pondría un póster con la cara tristona del blobfish en la pared de su cuarto?

Por suerte para estas especies menos estéticamente favorecidas, un grupo de biólogos ingleses puso en marcha en 2013 la Ugly Animal Preservation Society (UAPS), con objeto de prestar atención a todos esos animales en peligro de extinción a los que la evolución no dotó de la prestancia de un lince, al menos desde el punto de vista de los humanos. Porque según el biólogo y divulgador Simon Watt, presidente de la UAPS, “los osos panda reciben demasiada atención” y la conservación de la fauna más carismáticas atrae cantidades desproporcionadas de fondos que podrían gastarse mejor en otras especies.

¿Y cómo logran atraer la atención sobre estas especies minoritarias y mal parecidas? Pues usando los mismos trucos que usa un humano poco agraciado para ligar: si eres feo, al menos sé gracioso. Así, esta asociación organiza periódicamente shows en distintas ciudades en los que, por medio de monólogos y bromas, explican la situación de algunos animalillos feos cuyo futuro está más amenazado. Como, por ejemplo, estos:

Pez borrón o pez gota

El pez borrón (Psychrolutes marcidus) o pez gota fue elegido por la Ugly Animal Preservation Society como el animal más feo del mundo después de una votación en internet, que también sirvió para que este pez se convirtiera en el logo oficial de la organización. Su nombre en inglés, blobfish, define con mucha más precisión onomatopéyica la triste circunstancia de este pez, que carece prácticamente de músculos y vive en las profundidades de los mares de Australia, bajo la presión de muchas atmósferas. El pez borrón suele ser víctima de las redes de arrastre en profundidad de los barcos pesqueros y su carne gelatinosa hace que cuando se le ha fotografiado fuera del mar, tras ser capturado, tenga el «aspecto miserable ideal para preguntarse delante de él si de verdad hemos tenido un mal día», según lo describe la organización de Simon Watt.

Mono narigudo

Érase un mono a una nariz pegado, podría haber escrito Quevedo sobre el Nasalis larvatus, un mono herbívoro de la isla de Borneo del que sólo quedan unos 7.000 ejemplares por la pérdida de su hábitat natural. La nariz del mono se hincha y se vuelve de color rojo cuando se excitan o se enfadan, haciendo de caja de resonancia para sus gritos. Aunque semejante tamaño se explica por simple evolución sexual: las hembras prefieren a los monos de nariz grande, perpetuando esta característica entre generaciones. Otra rasgo evidente del mono narigudo es su gran vientre, ya que su estómago constituye una cuarta parte de su peso corporal. Un mono tripón, narigudo y gritón. ¿Cómo no vamos a enamorarnos de él?

Rata topo desnuda

La rata topo desnuda o rata topo lampiña (Heterocephalus glaber) es un sorprendente roedor subterráneo que habita en Etiopía, Kenia y Somalia. Puede que no sea el tipo de animal que te gustaría tener como mascota, pero en su defensa hay que decir que su fuerte resistencia al cáncer le han hecho objeto de estudio para conocer mejor esta enfermedad. Sus defensores apuntan, además, que se trata de uno de los roedores más limpios que se conocen y es el único animal que posee en su piel una deficiencia de un neuropéptido que hace que sean insensibles a determinados tipos de dolor. Si a eso le unimos que es capaz de vivir hasta 18 minutos sin oxígeno… hasta nos parece más adorable que el Super Ratón. ¡Así que no te fíes de su pinta!

Salamandra gigante china

Se trata del mayor anfibio del mundo y puede llegar hasta 1,8 metros de longitud (como si fuera un pequeño caimán) sin cambiar un ápice su gesto perpetuamente enfadado. La Andrias Davidianus está amenazada por la contaminación, por su caza furtiva como alimento de lujo y como remedio de la medicina china. Es una especie totalmente acuática pero carece de agallas; en cambio absorbe oxígeno a través de su piel arrugada y porosa. También tiene dos pequeños ojos en la parte superior de la cabeza, como dos puñaladas en un tomate, con los que apenas ve, pues se guía por el olfato y por el tacto. Una especie de Mr. Magoo anfibio y un gran candidato al alza para quitarle el trono al blobfish y convertirse en la nueva mascota de la UAPS, como si fuera el oso panda de la WWF.

Perezoso de tres dedos

El perezoso de tres dedos o caimansote (Bradypus tridactylus) habita en las cuencas del río Amazonas y se desplaza con una lentitud pasmosa: 200 metros a la hora, los días agitados. Tiene una cabeza pequeña redondeada y su cara, dominada por una eterna medio sonrisa, presenta manchas blancas que asemejan la cara de un payaso. Además emite una especie de sonido similar a un llanto, que posiblemente utiliza para comunicarse con sus vecinos. Hay pocas posibilidades de que lo veas, pues está tan adaptado a la vida en los árboles que solo baja al suelo para pasarse a otro árbol (los saltós no son su fuerte) o para depositar sus excrementos, lo que ocurre cada ocho días. Se encuentran seriamente amenazados por la merma de su hábitat selvático y la caza para emplearlos como mascotas; los traficantes capturan a las crías y matan a los adultos.

Calamar bocazas

No, no se trata de un montaje. Este calamar, que atiende al nombre de Promachoteuthis sulcus, ha sido bendecido por la Madre Naturaleza con una especie de boca humanoide, lo que le da un aspecto a caballo entre montaje fotográfico y personaje de Bob Esponja. Escalofriante, de cualquier manera; aunque esos dientes espeluznantes en realidad son labios plegados, circulares, con solo las partes superior e inferior visibles. La especie es tan rara y desconocida, que no se sabe siquiera si está extinta. Y es que solo se conoce un único espécimen que fue capturado en 2007, en las redes del buque de investigación alemán «Walther Herwig», cerca de las islas Tristan Da Cunha, a una profundidad de 2.000 m. La criatura ha ganado no pocos seguidores como un meme de internet, por razones obvias.

La rana púrpura con nariz de cerdito

Un equipo de científicos descubrió en 2107 esta nueva e inusual especie de rana en la cordillera occidental de Ghats en la India. La rana tiene una piel brillante y púrpura y un anillo de color claro alrededor de sus ojos, así como una nariz protuberante, parecida a la de un cerdo. La bautizaron como la rana púrpura de Bhupathy (Nasikabatrachus bhupathi), en honor a su colega, el Doctor Subramaniam Bhupathy, respetado herpetólogo que perdió su vida en la cordillera de Ghats en 2014. Y no fue del susto al encontrarse de bruces con una de estas ranas, pues sus rasgos le permiten pasar la práctica totalidad de su vida bajo tierra. De hecho, este anfibio ni siquiera sale a la superficie para comer: utiliza su larga lengua estriada para sorber hormigas y termitas bajo tierra. Lo que le faltaba.

Kakapo, el loro miope

Y terminamos con una rareza aviar: el único loro nocturno y no volador del mundo, un ave terrestre que pesa hasta cuatro kilos y acostumbra a quedarse paralizado cuando se encuentra con depredadores. Las plumas verdes le proporcionan camuflaje en el bosque y su ancho pico le da una expresión cómica, una mezcla entre búho y marioneta. Los kakapos (Strigops habroptilus) abundaban en Nueva Zelanda, pero las ratas y los gatos que trajeron consigo los humanos devoraron a estas aves. En la actualidad, apenas quedan un centenar de ejemplares en libertad. Sirocco, un kakapo criado en cautividad es el icono de la conservación en Nueva Zelanda, con más de 200.000 seguidores en Facebook. Su intento fallido de aparearse con la cabeza de un zoólogo humano se convirtió en toda una inspiración para todos los proteccionistas de la fauna en peligro de extinción, por la enorme obligación moral que tenemos de ayudarlo a recuperarse, tras haberlo puesto en esta incómoda situación.

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Fotos: Wikipedia 1, 2, 3, y 4,

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