Al poco tiempo del lanzamiento de Google+ surgió una polémica acerca de la política del servicio acerca del tipo de nombres que permite para los perfiles, pues los términos de servicio de Google+ exigen «utilizar el nombre por el que se te conoce en la vida real», dejando apodos y similares para la sección «otros nombres» del perfil, so pena de suspensión de la cuenta.
Pero un problema con esto es que esa sección, dependiendo de la configuración de privacidad de la cuenta, puede no ser visible para todo el mundo; por otro lado, hay muchos casos en los que una persona es más conocida, incluso en la vida real, por su nick que por el nombre que aparece en su partida de nacimiento o en su documentación.
Por ejemplo, en mi caso, decidí poner como nombre Javier Pedreira (Wicho), lo que ha llevado a Google a decidir suspender mi perfil.
Mis opciones ahora mismo son exportar los datos que haya en él y borrarlo o cambiar el nombre, y estoy seguro de que con eliminar los paréntesis podría solucionar el tema.
Lo que pasa es que no me da la real gana plegarme a esta exigencia de Google, porque me parece excesiva, y más por parte de una empresa que nació en Internet y que sabe lo importante que son los nicks en ella.
Además, como digo, en mi caso todo el mundo –salvo mi madre– me conoce como Wicho; yo mismo, si voy por la calle y oigo a alguien llamando a un Javier, no me doy la vuelta.
En mi opinión Google, debería considerar que pudiera haber perfiles bajo seudónimos bien conocidos y establecidos; además, en algunos casos puede ser una cuestión de seguridad personal la necesidad de mantener la identidad real de alguien oculta.
Como los recién llegados –aunque sea por enésima vez– al juego de las redes sociales, creo que no deberían ser tan exquisitos, aunque también es cierto que Facebook, el epítome de las redes sociales, no tiene tampoco ningún campo para poner un apodo.
Es cierto también que hay personas que abusan del anonimato que ofrece Internet para, ocultas detrás de un nick, probablemente de usar y tirar, hacer y decir cosas que nunca harían o dirían bajo su propio nombre o con un nick reconocible, pero esto es algo que tampoco arregla la política de Google+, pues estoy seguro de que si me creo un perfil bajo el nombre de Filemón Pi no tendría ningún problema con su «policía de nombres».
Y no, no he confundido política con policía en la frase anterior.
Al parecer Google está considerando hacer cambios en este apartado de los términos de servicio, pero mientras tanto, no seré yo el que cambie mi nombre en el perfil.
Y si no puedo usar Google+, pues tampoco es el fin del mundo.
A fin de cuentas, tampoco uso Gmail porque no puedo ser wicho@gmail.com debido a la decisión de Google de pedir nombres de usuario de al menos seis caracteres.
Mi identidad es mía, y no estoy dispuesto a renunciar a ella, ni aunque sea Google quien me lo pida. O en especial si es Google quien me lo pide, que debería entender más de estas cosas.