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‘Slow TV’ y el éxito del programa más aburrido de todos los tiempos

Al igual que ha sucedido en el cine a lo largo del tiempo, los programas de TV tienden a introducir cada vez más cortes, planos y cambios de cámara, en un intento desesperado por no aburrir a la audiencia y retener al espectador, al que se le supone víctima del síndrome de déficit de atención catódico, si es que existe tal dolencia.

En este contexto de aceleración, pantallas múltiples y competencia desaforada, ¿a qué cadena se le ocurriría retransmitir el cadencioso recorrido de un tren en tiempo real, a lo largo de 7,5 horas eternas? Pues a la televisión pública noruega y, ¡sorpresa!, consiguiendo un histórico récord de audiencia.

La idea del “programa más aburrido de la historia de la tele”, según alardean sus propios creadores se gestó en las cocinas de NRK, la televisión pública noruega. Después de un brainstorming que imaginamos regado de todo tipo de bebidas espirituosas, los productores decidieron retransmitir en tiempo real el trayecto del expreso Bergensbanen, la línea férrea más antigua de Noruega (1909), que comunica las estaciones de Bergen y Oslo, 371 kilómetros de bellísimo paisaje que el convoy recorre en 7 horas y 14 minutos.

Este es el resultado:

¿Aburrido? No lo debieron de considerar los cerca de 1,2 millones de espectadores (sobre una población de 5 millones) que el 27 de noviembre de 2009 siguieron íntegramente la retransmisión, en esencia una cámara instalada en la cabina y unos cuantos cortes con imágenes históricas sobre el tren. La historia del programa Bergensbanen, minuto a minuto, la relata con grandes dosis de humor el productor Thomas Hellum en esta conferencia TED.

Los miembros del equipo se crecieron tras el inesperado éxito del programa y decidieron intentar el más difícil todavía: la retransmisión de nuevo en tiempo real de un crucero de norte a sur de los fiordos noruegos, en el que el protagonista no sería el tren sino los habitantes de la costa, es decir, el pueblo noruego.

El resultado (140 horas de imágenes plúmbeas) volvió a ser espectacular, no sólo en términos de audiencia (el fin de semana del 17 al 19 de junio de 2011, 2.542.000 personas, o aproximadamente la mitad de la población noruega, vieron la transmisión en directo), sino en la implicación de los noruegos, que salieron de sus casas para ser partícipes del programa, convertido un aglutinador televisivo del espíritu nacional. Y haciéndose además con el récord como el documental de televisión más largo del mundo, entrando de lleno en el Libro Guinness.

‘Slow TV’

Acababa de nacer la “televisión lenta”, la anti-televisión (según los cánones convencionales), como reacción a los programas acelerados, los “debates” vociferantes y la telerrealidad testosterónica. Al tren y al barco siguieron programas aún más en el filo del aburrimiento supremo: una jornada de calceta (sin cortes) o el arriesgadísimo Piip-show, que muestra cuatro pájaros viviendo en un surrealista decorado en forma de bar a escala.

El éxito de la ‘slow TV’ nos deja algunas lecciones aleccionadoras sobre nosotros, los telespectadores y sobre la misma tarea de hacer televisión: “Tienes que dejar a la gente que haga sus propias historias –explica Hellum mientras muestra el parsimonioso plano de una vaca paseando por la costa noruega-. ¿Adónde va la vaca?, ¿está el granjero en casa o ha salido?… Cuanto más prolongas el plano, empiezas a generar las historias en tu propia cabeza. Eso es la televisión lenta”.

Lo curioso de este fenómeno es que no para de crecer (lentamente) ampliando el concepto hacía todos los puntos cardinales. Sin ir más lejos, a España.

Y es que el 1 de enero de este año 2019, todavía con la resaca de la última Nochevieja, sucedió una cosa muy extraña en la televisión autonómica de Aragón. A las 21.24, en pleno ‘prime time’, programó una producción documental propia titulada ‘El viaje’, que consistió en seguir durante cuatro horas el recorrido del Canfranero, el tren que va desde Zaragoza hasta la vieja estación de Canfranc, adentrándose en los Pirineos por una vía tortuosa y sin electrificar. Sin locución, sin montaje, sin música, sin recursos narrativos. El plano fijo de una cámara anclada en el frontal del tren que daba la visión del maquinista.

El viaje fue ‘trending topic’ en Twitter y obtuvo una cuota de pantalla del 6,9%, superior a la que La Sexta y Cuatro lograron en Aragón, y muy superior a la que esperaba la dirección de la cadena, que vendió su propuesta como ejemplo de ‘slow TV’ y aludió al precedente de 2009 en la tele pública noruega, que emitió las siete horas de viaje en tren desde Bergen hasta Oslo.

La ‘slow TV’ también es un desafío al que los servicios de video bajo demanda han abierto sus puertas. Sin ir más lejos, Netflix ya incorpora en su catálogo para algunos países europeos (como Noruega) producciones que duran de 2 a 12 horas e incluyen tres especiales sobre leña: ‘National Firewood Morning’, ‘National Firewood Evening’ y ‘National Firewood Night’. Ninguno de ellos son solo videos de hogueras con bien de troncos ardientes, sino que cubren todo el proceso: cortar la madera, recogerla y entrevistas con los noruegos que hacen de este su estilo de vida. Así la ‘slow TV’ destaca no solo como un extraño atípico en la escena de la televisión, sino como una anomalía completa que las grandes plataformas de ‘streaming’ están dispuestas a explotar.

Andando se hace el camino

Otro ejemplo de esta tendencia de la televisión sin prisas es el caso de ‘Video Walks Around the World’, una recopilación de 675 vídeos de paseos (‘video walks’) en los que simplemente la gente pasea por la calle grabando la vida cotidiana de las ciudades. El creador del proyecto afirma que la sensación muchas veces es como estar allí y permite descubrir situaciones, objetos, detalles urbanísticos… Además de ver gente de todo tipo en actitudes de lo más cotidianas. Es un legado que en cierto modo podrían ser nuestros documentales personales para el futuro. «No estoy hablando de Vlogs, sino de imágenes para caminar «en bruto» que incluyen los sonidos naturales del entorno: autos que pasan, gente charlando en la calle, cosas como esas…» puntualiza.

Otra muestra de cómo este concepto creado por la televisión pública noruega ha traspasado fronteras gracias a internet lo podemos encontrar en Slow TV, un subdirectorio del popular agregador Reddit donde la gente comparte videos ambientales de larga duración (de diez minutos o más) que incluyen paseos en funiculares, chimeneas crepitantes, gente haciendo punto o máquinas realizando tareas repetitivas, con movimientos periódicos e incluso formas gelatinosas de comportamientos peculiares.

Según afirman sus administradores, «la mayoría del arte viene en forma de café espresso: las complejidades de la percepción humana se recogen cuando maduran, se tuestan, se muelen e infunden en algo que se consume rápidamente. Es sorprendente, entonces, encontrar un desafío para esta premisa tan antigua como la propia televisión, que llega en una novedosa forma de entretenimiento conocida como ‘televisión lenta'».


Con información de TED y NRK.

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