Ser superhéroe conlleva una gran responsabilidad (que se lo digan a Spiderman) y, en ocasiones, un traje cuqui. Y decimos «en ocasiones» porque, aunque normalmente vemos trajes ceñidos que sirven a la perfección para correr, huir o pelear, otras veces algunas indumentarias producen un nivel de vergüenza ajena digno de mención. De hecho, algunos superhéroes te dejarán con la boca abierta, y no precisamente por sus poderes sino por su torpeza (o la de sus sastres) con la aguja y el hilo.
El mismísimo hombre murciélago ha sufrido preocupantes mutaciones en su clásico traje negro y gris. Ahora que se han pasado las celebraciones del Orgullo Gay, es necesario recordar que Batman también tuvo un traje arcoíris. De hecho, desde los años 30 del siglo XX, cuando el personaje nació, Bruce Wayne ha tenido más cambios de ropa que un modelo durante un desfile. En ‘The Rainbow Batman’ (que también ha tenido versión televisiva), nuestro héroe justificaba tan chillón uniforme para que los malos se fijaran en él y evitaran hacer daño a Robin. ¿Suficiente excusa?
No obstante, no ha sido la única vez que esto ha sucedido. Batman también ha llevado tocados tan extravagantes como un sombrero de plumas indio, que puede quedar muy bien en carnaval pero que igual no amedrenta a los criminales:
Por otra parte, el papel de las mujeres también ha tenido polémica en el mundo del cómic, con imágenes bien bochornosas que atentan contra cualquier precepto del feminismo y del sentido común. Que se lo digan a La Mujer Invisible, una de Los Cuatro Fantásticos. Para conseguir que su marido, el científico Reed Richards (o sea, el señor Fantástico), le prestara atención, decidió recortar su traje y cubrir lo mínimo necesario, como pechos y genitales. Pero su marido no estaba contento. Algunos adolescentes hormonados, probablemente sí.
Alguien también debió de pensar que Power Girl, prima de Superman, debía mostrar chicha antes que proteger algunas partes de su anatomía. Así, mejor vestirla con una especie de bañador que deje las piernas al aire y una pantalla escotada en el pecho, justo a la altura del corazón. Muy práctico.
Volviendo al sector hortera masculino, Magneto también sufrió un discutible cambio de imagen. Su casco y su uniforme rojo y violeta, que cubría todo su cuerpo, podían atemorizar a mucha gente. “Mejor si quitamos algo de tela”, debió de pensar alguien. Y así fue. El resultado final fueron unos largos guantes estilo Gilda que dejaban al descubierto la parte superior de sus robustos brazos. Además, una gigantesca M distorsionada que cubría todo su pecho. De esa guisa se presentó en un juicio donde se le juzgaba por sus crímenes contra la humanidad. Habría que preguntarse si no condenarlo por un delito al buen gusto:
No obstante, no solo de superhéroes famosos vive el mundo del estilismo arriesgado. También hay otros no tan conocidos pero igual de bochornosos. Es el caso de Clint Barton, conocido al cambiarse de ropa como Hawkeye u Ojo de Halcón. Si ya de por sí sorprende que lleve un arco y una flecha como si se encontrara en la Edad Media, su traje corto, con las piernas, pectorales y brazos al aire al más puro estilo gogó no lo hacen muy hábil para la batalla y sí para la discoteca del polígono industrial más cercano a tu casa:
Con el tiempo, alguien decidió cubrir esas piernas y pectorales. Lo de que siga usando flechas como si de un Legolas se tratase nadie lo ha discutido.
Pero por si esto fuera poco, Ojo de Halcón también tuvo la capacidad de transformarse en otros héroes con otras habilidades. Antes de disparar flechas, Clint Barton fue Goliath; en este caso, los golpes los repartía a diestro y siniestro con los pectorales al descubierto y, más inquietante aún, una especie de arnés a modo de tirantes que cubría su cuello y sus pezones: la parte sensible estaba resguardada; los órganos vitales daban igual.
Aunque probablemente uno de los trajes más ridículos (y que tiene aún peor aspecto en la versión televisiva) es el de The Tick, una especie de garrapata humana con unas simpáticas antenas y cuyo traje es completamente azul. No hay tonos, cinturones o capas: azul, azul y más azul. The Tick sabe que ir de manera simple puede ser un acierto, pero un poco de variedad no vendría mal.
Bien sea por complementos estrambóticos o por ‘outfits’ que desentonarían hasta encima de una pasarela (por no hablar de trajes con un puntito de machismo), los dibujantes a veces parecen necesitar un curso de corte y confección. Siempre quedarán los trajes de toda la vida, los que cubren todo el cuerpo y nunca fallan. Hasta los calzoncillos por fuera de Superman parecen algo elegante al lado de esta pandilla.
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Con información de Cracked, wiki de DC y Gizmodo.
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