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Diez grandes momentos de la historia que hubiesen sido diferentes con WhatsApp

La llegada del hombre a la Luna, el descubrimiento de América, la teoría de la gravedad… Todos estos hechos históricos marcaron la época en la que tuvieron lugar y los siglos sucesivos, pero podían no haberse producido si la tecnología hubiese hecho de las suyas.

En concreto, WhatsApp podría haberlo cambiado todo: si las canciones no serían lo mismo si se hubiesen compuesto con la ‘app’ de mensajería por medio, la historia tampoco hubiera acontecido de la misma manera entre notificaciones y ‘emojis’. ¿Qué pasaría si Julio César abandonara cabreado el grupo del Senado? ¿O si María Antonieta hubiese advertido a Luis XVI de la que se estaba liando en París? Solo nos queda echarle mucha imaginación:

Fuera de servicio

Uno de los peores problemas que se pueden tener en una conversación de WhatsApp es quedarse sin batería justo en medio de algo importante. ¿Qué le habrá pasado a esa persona? ¿No querrá contestar? ¿Nos habrá bloqueado? Algo así le podría haber sucedido a Napoleón y a Manuel Godoy en los instantes previos a la guerra de la Independencia (1808-1814): si la pila llega a 0 % en el momento clave, quizá nos hubiésemos librado de invasiones, de Pepe Botella y hasta de los mamelucos.

Ligues entre esfinges

Hay gente que usa WhatsApp para cortejar a otros miembros del género humano, con desigual resultado. Marco Antonio y Cleopatra, dos de los amantes más míticos de la historia, no hubiesen tenido la misma relación a través de mensajes cortos. De hecho, el romano tendría toda la pinta de ser el típico machito pesado que solo querrías bloquear.

Olvidando el Senado

Hablando de romanos. Los grupos de senadores, prétores, cónsules y demás hierbas de un imperio tan apasionante seguro que hubiesen tenido sus grupos de WhatsApp en los que hablar de política, compartir memes o enviar imágenes de su retiro en Augusta Emerita. Y como en la actualidad, también habría quien se cansara de los debates grupales y decidiera abandonar esos foros, tan animados como los físicos que ellos mismos construyeron. Así Julio César hubiese salvado la vida y solo hubiese visto volar los cuchillos de forma digital.

América sin Colón

Los grupos dan para mucha risa, jolgorio, bromitas… Lo que desgraciadamente impide muchas veces una conversación seria. Así, si Cristóbal Colón hubiese hecho su propuesta de viaje a las Indias a través del grupo que tenía con Isabel y Fernando, probablemente se burlaran de él. Lo suyo, como bien sabemos en el siglo XXI, es tener una conversación cara a cara, o por lo menos a través de teléfono o videoconferencia: las cosas se entienden mucho mejor que con bocadillos verdes y blancos.

Buscando amigos para planes

Porque los grupos se suelen usar mucho para concertar planes, pero para ello hay que encontrar personas dispuestas a seguirte. Por ejemplo, Roald Amundsen las hubiese pasado algo canutas para organizar la expedición a la Antártida que alcanzó el Polo Sur. Los contactos de WhatsApp no siempre son buenos marineros, así que mejor buscar por otros lugares menos cibernéticos.

Pereza gravitatoria

También está el típico amigo perezoso que prefiere pasarse el día enganchado al ‘smartphone’ y con el que es imposible tener un plan analógico. Isaac Newton podría ser un ejemplo de ello. ¿Y si nunca hubiese estado debajo del manzano que, según la historia, le ayudó a formular la ley de la gravitación universal? Por eso, de vez en cuando hay que dejar la aplicación y salir a meditar, para que demos con ideas que podrían cambiar el curso de los tiempos.

Sin ganas de escribir

Gente perezosa como Newton habría mucha. Por ejemplo, aquella que contesta con monosílabos o con parquedad de palabras. Una frase tan mítica como “un gran paso para el hombre y un gran paso para la humanidad” no se hubiese pronunciado con WhatsApp de por medio: aquí lo importante es ser claros y directos con el mensaje, y a otra cosa mariposa.

Coordenadas sorianas

Las ubicaciones que podemos mandar a través de WhatsApp nos han solucionado la vida muchas veces para encontrarnos con alguien. En el pasado, si los fieros defensores de Numancia (cerca de lo que hoy es Soria) hubiesen tenido la ‘app’, quizá hubiesen terminado venciendo a los romanos. Pero como eso no pasó, por lo menos nos quedó el adjetivo ‘numantino’, que define a aquellos que aguantan con fuerza, por ejemplo, para no instalarse el chat del bocadillo verde.

El filo de la guillotina

Igual que avisamos de la ubicación de los romanos, también WhatsApp podría haber servido a Luis XVI y María Antonieta para saber sobre las revueltas populares que había por París. Con esa información tan valiosa, ambos habrían salvado el cuello (nunca mejor dicho) y la historia sería muy diferente. ¿Sus descendientes estarían ahora comiendo pasteles en Versalles?

¿Alguien me oye?

Y terminamos con otro medio de comunicación. De las ondas del wifi pasamos a las de la radio. Organizar una quedada para probarlas hubiese sido muy difícil con WhatsApp, y Marconi no estaría en estos momentos en los anales de la historia. Pero mirémoslo por el lado positivo: si el italiano no hubiese conseguido probar la radio, quizá todo el mérito, desde el comienzo, se lo habría llevado Tesla.

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